jueves, 24 de junio de 2010

Psitácidos en Andalucía II.

Ponerse a disertar sobre una materia de la que uno carece de conocimientos, y además pretendiendo sentar cátedra sobre lo manifestado, siempre es muy arriesgado, porque fácilmente podemos errar y generar confusión entre los receptores de nuestros mensajes. Aún así, todas las opiniones deben ser respetadas, por supuesto; pero no por ello todas las opiniones han de ser tenidas en consideración, pues unas se emiten desde la ignorancia y otras desde el conocimiento de hecho; es lo que se conoce como opinión fundamentada. Así, yo puedo opinar que los agujeros negros tienen un origen metafísico, y mi opinión como tal deberá ser respetada, pero luego vendrá Stephen Hawking y me dejará en evidencia explicando que los agujeros negros son puntos finitos en la dimensión espacio-tiempo, que concentran una gran cantidad de masa en su interior y que generan campos gravitatorios de tal magnitud que impiden la emisión de partículas, de tal manera que siquiera la luz puede escapar de ellos. ¿Cuál de las dos opiniones será tenida en consideración, la mía o la de Hawking? Por tanto, opinar es libre y gratuito, pero las opiniones valen o no valen dependiendo de la fundamentación con que se emitan.

En nuestra afición es frecuente escuchar a nuestros líderes, jueces, campeones, etc. disertando sobre temas tan especializados como la veterinaria, y dado que los conocimientos específicos no caen del cielo, ni con los cargos, ni mucho menos con las medallas, pues resulta que uno tiene que observar como se difunden conceptos y prácticas erróneas a los aficionados, emitidas desde la ignorancia y la imprudencia de aquellos que, de una forma u otra, lideran dicha afición. Para quien suscribe, quien se considera un eterno aprendiz, porque cada día aprende algo nuevo, resulta sorprendente comprobar como incluso proliferan personajes que, bajo el pretexto de ser abogado, también se atrevan a disertar sobre veterinaria, dando como resultado la difusión de conceptos sin sustentación más allá de su incualificada opinión. Ignorante de mi, que desconocía que la carrera de derecho también incluyese la veterinaria aviar como asignatura.

Todo esto viene a colación de las reacciones suscitadas en el foro de FOA por el posicionamiento de ANCEP ante la nueva legislación sobre psitácidos en Andalucía, provocando unas manifestaciones muy prudentes, precisamente por parte de aquel que podría hablar con más autoridad, dado que es veterinario, haciendo gala así ya no sólo de prudencia, también de humildad, una virtud cada día más escasa, y me refiero al Sr. Cespedosa. Por el contrario, el Sr. Penzo, pese a su cargo, manifiesta una escasa prudencia, evidenciando un escaso conocimiento sobre veterinaria y sobre psitácidos; y por último, un abogado en ejercicio, del que jamás leí un escrito que no comenzase refiriéndose a su profesión, como si de algún tipo de aval se tratara, se aventura en los inciertos mundos de Yupi, para evidenciar que en el fondo y tras su grandilocuencia, no hay más que un novato que no tiene ni idea de lo que va este asunto. Pese a las desacertadas intervenciones del segundo, y lo desafortunado de las del tercero, tal y como indico al principio, todas las opiniones deben ser respetadas, aún cuando por razones obvias no puedan ser tenidas en consideración.

Sin embargo, se puede emitir una opinión, acertada o no, sin necesidad de ofender a nadie, y llamar a ANCEP “pelotero”, no sólo es innecesario, también es ofensivo, y cuando se ofende, no sólo se desprestigia uno mismo, también se pierde el respeto de los demás. No obstante, viniendo de este Sr. poco nos sorprende, pues ya tenemos sobrado conocimiento de él por actuaciones anteriores.

Bueno, tras ejercer moderadamente el derecho a pataleta, cosa que me vais a permitir por las ofensas previas, abandono el sarcasmo y retorno a la seriedad.

Con independencia de todo lo expuesto, mi conclusión es que existe un desconocimiento general sobre muchos aspectos referentes a la clamidiosis; por tal motivo he pedido a mi buen amigo Marcos que preparase un artículo técnico sobre esta enfermedad, pero desafortunadamente, sus exigencias profesionales actuales nos impiden disfrutar de sus conocimientos hasta pasado el verano, pues como sabéis, trabaja en un centro oficial de recuperación, y en estas fechas están sobrepasados. Por ello, aún admitiendo mis propias limitaciones al respecto, y aún a riesgo de caer en aquello que justo critico, considero necesario adelantar el esclarecimiento de algunos conceptos actualmente errados, sin traspasar la frontera de lo que mi ética personal me permite. A este respecto, constato que el enlace que recomendé de la O.I.E. no ha sido leído, o tal vez no haya sido comprendido, pues en él se explican adecuadamente muchos conceptos, aunque admito que en leguaje técnico difícilmente comprensible si éste no se conoce.

Fácilmente caemos en la creencia de que la medicina actual está de vuelta de todo, de que disponemos de los medios tecnológicos más avanzados y de que tenemos soluciones para cualquier cosa. No es así, la realidad es bien distinta y en verdad médicos y veterinarios combaten las enfermedades con los medios de que disponen, y éstos son los que son. También caemos con facilidad en aplicar conceptos válidos en la generalidad, sobre conceptos particulares donde la generalidad no sirve, pues en definitiva, las ciencias médicas no son ciencias exactas. Ambas circunstancias nos inducen a error cuando no se dispone de unos conocimientos aunque sean básicos. Por eso, en ANCEP hemos sido muy prudentes al pronunciarnos, y no lo hemos hecho hasta recabar la información necesaria para no incurrir en error.

Uno de los argumentos que se está esgrimiendo sin conocimiento de causa es que el tratamiento sistemático de aves con antibióticos puede provocar resistencias bacterianas a dichos antibióticos, lo cual es cierto, pero merece algunas reflexiones. La primera de ellas y que asumimos en ANCEP, es que nosotros no somos especialistas y por eso, aceptamos las recomendaciones y directrices de la O.I.E. como máxima autoridad veterinaria oficial a nivel mundial, ya que damos por hecho que ellos saben más que nosotros, y que sus conclusiones son más válidas y fundamentadas que las nuestras, como ignorantes en la materia que somos. Obviamente, algunos se consideran aún más expertos y especialistas que la propia O.I.E. y se atreven a contradecir sus recomendaciones, evidenciando así algo más que ignorancia.

Pero si me quedase aquí, los lectores seguirían sin comprender nada, por lo que procedo a explicar el porqué de las recomendaciones de la O.I.E.

Partamos de una base, y es que, pese a que se lleva investigando desde hace más de 40 años, no existe vacuna contra la clamidiosis, y dado que no existe y no podemos sacarla por arte de magia, los técnicos en sanidad no pueden contar con ella para su control, como se cuenta en el caso de otras enfermedades. Estoy absolutamente convencido de que si existiese esta vacuna, resolviendo toda la problemática suscitada, seguiríamos encontrando otros inconvenientes, porque en verdad, lo que no queremos es ser controlados.

Es cierto que este tipo de tratamientos con antibacterianos de manera indiscriminada es contrario a los principios de la medicina preventiva, y no en pocas ocasiones me habéis leído manifestándome contrario al uso y abuso rutinario de fármacos de que hacemos en esta afición (eso sí es una aberración), y por tal motivo, resulta paradójico que intentemos utilizar este argumento.

El principal factor que puede favorecer la proliferación de cepas resistentes a los antibióticos son precisamente los tratamientos mal administrados, ya sea porque se empleen en dosis inferiores a las recomendadas o bien porque el tratamiento no tenga la duración necesaria. De administrarse el tratamiento de manera correcta, se minimiza y mucho la posibilidad de generar cepas resistentes. Es por esta razón que en nuestra afición, donde administramos antibióticos a nuestras aves como si fueran golosinas y sin ningún tipo de criterio, es muy frecuente encontrar bacterias resistentes a multitud de antibióticos, especialmente enterobacterias y cocos en general.

De otro lado, y aunque es verdad que se pueden generar cepas de clamidias resistentes a las tetraciclinas (fármacos de elección para la clamidiosis), también es cierto que las clamidias no son especialmente susceptibles de adquirir esa resistencia, encontrándose de manera muy eventual dichas cepas resistentes; tanto es así, que las tetraciclinas se vienen empleando como fármacos de elección desde hace más de 60 años, y 60 años después siguen siendo fármacos de elección, lo cual avala esta aseveración. Aún a pesar de ello, existen multitud de antibióticos que son más activos frente a clamidias que las tetraciclinas, pero que no se usan, precisamente, porque se reservan para casos de resistencia a las tetraciclinas; y aún más, los protocolos sanitarios siempre tienen reservados los mejores fármacos exclusivamente para la medicina humana, y no pueden emplearse en veterinaria. Es decir, al contrario que nosotros, que nos creemos más listos que nadie, los técnicos sanitarios, normalmente, saben lo que hacen.

Otro error frecuente y muy extendido entre nosotros es el de creer que los métodos analíticos son infalibles y concluyentes, y nada más lejos de la realidad. En verdad, los resultados analíticos están sujetos a multitud de variables, desde una toma de muestras incorrecta o posibles contaminaciones de las mismas, hasta errores humanos, pasando por las interminables limitaciones técnicas y científicas de que adolecen en muchos casos. Por eso, existe una máxima en medicina que viene a decir que los resultados de una prueba analítica deben de coincidir con el cuadro clínico presentado, y si no es así, el resultado es desechado. Por consiguiente, los resultados de una analítica deben ser correctamente interpretados, y sólo el clínico puede hacerlo para poder emitir un diagnóstico.

Por otra parte, es necesario comprender que las clamidias son unas bacterias con unas características muy diferenciadas de las de otras bacterias, y no se pueden aplicar sobre ellas conceptos que son válidos para la generalidad. Hasta tal punto son diferentes que en los tratados de veterinaria se abordan de manera diferenciada las enfermedades bacterianas en general y las enfermedades causadas por clamidias. Las clamidias tienen un ciclo biológico muy distinto al de otras bacterias y por explicarlo de manera sencilla tienen dos estadios diferenciados: cuerpo reticular o inicial y cuerpo elemental. La primera forma necesita vivir obligatoriamente en el interior de una célula (huésped) donde va a replicarse originando la segunda, los cuerpos o corpúsculos elementales. Al destruir a la célula huésped se liberan al exterior estos cuerpos elementales que son los realmente infectivos, colonizando nuevas células y causando una infección. La complejidad de este ciclo biológico es precisamente la que recomienda administrar antibióticos durante 45 días, pues hacerlo durante menos tiempo no garantiza que las formas intracelulares hayan sido destruidas.

Esta circunstancia, el que existan estadios muy diferenciados y en muchos aspectos, en los que no voy a entrar, es una de las que provoca grandes inconvenientes a la hora de su diagnóstico; otra de estas razones es que se pueden producir reacciones cruzadas con otras bacterias Gram-negativas, con las que las clamidias comparten antígenos y material genético. Por todo ello, la O.I.E concluye que existen amplias probabilidades de error en las pruebas analíticas, pudiéndose producir falsos positivos y falsos negativos, con las consecuencias que puede conllevar en uno y otro caso.

Los falsos positivos me producen terror, porque ante un falso positivo podría establecerse un protocolo de contención, declarando en cuarentena a núcleos zoológicos próximos e incluso eutanasiando a todo el plantel de la instalación afectada (tengo referencias de casos en los que esto ya se ha producido); en el caso de un falso negativo estaríamos dando el visto bueno a un ave enferma no diagnosticada y contribuyendo a la dispersión de la enfermedad, además de los riesgos zoonósicos implícitos. Por ello, para establecer el diagnóstico de clamidiosis, tal y como explica la O.I.E., es necesario no sólo una analítica positiva, también es necesario un cuadro clínico compatible con clamidiosis; pero en tal caso, ¿qué hacemos con los portadores asintomáticos? Es fácil comprender que, a efectos de control de la enfermedad, la cosa no es tan simple como realizar un simple chequeo que ofrece insuficiente fiabilidad.

He encontrado un artículo muy esclarecedor, publicado en la Revista Española de Salud Pública, con varios autores de sanidad de Andalucía, sobre un brote de clamidiosis producido en Granada, refiriendo otro previo en la misma ciudad, y otros producidos en Cádiz y Castellón. En el informe pueden comprobarse los protocolos seguidos por los técnicos, constatando lo anteriormente expuesto.

En resumen, desafortunadamente, y tal y como expresa la O.I.E., la veterinaria no cuenta actualmente con otro medio de control de la clamidiosis, por poco que nos guste, a mí el primero, que el administrar antibióticos.

Tan listos nos creemos que hay quien dice, al contrario de lo recomendado por la O.I.E., que el control de la clamidiosis puede ejercerse mediante procedimientos analíticos, aunque resulta obvio que quien dice estas cosas no los utiliza. En primer lugar se descarta este proceder por razones de fiabilidad, tal y como se indica anteriormente; pero en segundo lugar porque, económicamente, representaría un coste muy elevado. Para hacernos una idea, en ANCEP alcanzamos un acuerdo con la Universidad de San Pablo para este tipo de chequeos (incluyendo varias pruebas y enfermedades), con unos precios muy inferiores a los precios de otros laboratorios, que en el caso de clamidias es de 16 € por muestra. En el caso de un laboratorio oficial que designaría la Administración, tendríamos que pagar un precio muy superior, que rondaría los 25 ó 30 €, al que además habría que añadir los honorarios veterinarios por la toma, preparación y envío de las muestras. Extrapolando estos costes a todo el platel podría resultar una pequeña fortuna, y tanto que se habla de inviabilidad de la norma aprobada, a ver qué tienen que decir a la vista de estos datos. O sea, se critica la norma, porque el tratamiento tiene un coste de 5 ò 6 € por ave y por el contrario, se propone un chequeo cuyo coste se multiplica varias veces, y que encima, no es fiable.

También se habla con muy poco criterio, sobre la vigilancia y control del propio tratamiento en sí. En este caso no les falta cierta razón, pero la leyes se dictan contando con la buena fe de los ciudadanos y con el hecho de asumir su responsabilidad en el caso de incumplimiento. Afortunadamente, en España no tenemos un estado policial donde un policía personal nos vigile durante 24 horas en todos nuestros actos; la Ley establece las normas y estamos obligados a cumplirlas, y de no hacerlo, asumiremos las consecuencias. La Ley prohíbe fumar en el puesto de trabajo o circular a 200 Km/h. cumplir con la Ley es nuestra responsabilidad. Cuando llevamos el perro al veterinario, éste nos proporciona las pastillas para el tratamiento obligatorio de la hidatidosis y no nos vigila si las administramos o no, cuenta con nuestra buena fe, y lo que certifica es que ha prescrito el tratamiento. En el caso que nos afecta, si nos ponemos escrupulosos, tal y como insinué en el artículo anterior, el veterinario podría ponerse estricto y optar por administrar doxiciclina en forma inyectable, obligándonos a llevar las aves a su consulta una vez a la semana, durante 6 semanas, incrementando sustancialmente el coste del tratamiento por cada ave. No, los veterinarios no van ha hacer eso, porque son profesionales que saben hasta donde alcanza su responsabilidad, porque van a confiar en nuestra buena fe y porque saben que el verdadero control del tratamiento, en realidad va a recaer en el caso de que un ave vendida o cedida por nosotros pueda transmitir la enfermedad a un humano, y en ese caso, la Ley caerá con todo su peso.

También se ha acusado a los veterinarios de no comunicar casos clínicos de clamidiosis ante las autoridades sanitarias, demostrando una vez más atrevimiento y desinformación. Para conocimiento general y para evitar futuros errores, la clamidiosis en las aves no es una enfermedad de declaración obligatoria, salvo en el caso de afectar a humanos, y son los hospitales los obligados a declararla si la diagnostican en personas. Las dos únicas enfermedades aviares de declaración obligatoria en nuestro país son la influenza aviar y la enfermedad de Newcastel, según viene publicado en el Boletín Oficial del Estado de fecha 4 de abril de 2009. Así que, por favor, antes de lanzar tan graves acusaciones sobre un colectivo de profesionales, al menos asegurémonos de no hacer una vez más el ridículo, en beneficio ya no de uno mismo, si no de todos.

Así mismo, también conviene aclarar las dudas suscitadas entre algunos criadores con respecto a la duración de la validez del tratamiento. En verdad, en ningún caso las aves se inmunizan contra la clamidiosis, pues tras superarla una vez, pueden ser reinfectadas de nuevo. El tratamiento con antibióticos tampoco inmuniza a las aves como si de una vacuna se tratase, y de hecho, pueden infectarse al día siguiente de finalizar dicho tratamiento. Por eso, la Ley establece que debe administrarse el tratamiento de manera previa a su venta; así por ejemplo, un ave que haya sido adquirida y tratada, no tendrá que recibir el tratamiento nunca más en su vida salvo que sea vendida de nuevo, y por el contrario, si compramos un ave previamente tratada, y deseamos venderla de nuevo, habiendo transcurrido un plazo de tiempo razonable que no fija la Orden, deberá nuevamente de recibir el tratamiento.

En realidad la ley está muy bien planteada, porque, si bien en ningún caso puede ofrecer una garantía al 100% de que un ave tratada no haya sido infectada posteriormente, sí que minimiza y mucho los riesgos; y además, porque incide especialmente sobre la transacción, independientemente de que sea venta o cesión, y si ejerces un control sobre la transacción, estás dificultando notablemente la dispersión de la enfermedad entre criaderos, contribuyendo a su erradicación. Dadas las herramientas de que se disponen actualmente, es todo lo más que se puede hacer para intentar controlar esta enfermedad, y no seamos tan pueriles de pretender rebatirla intentando justificar otra cosa. De otro lado, si alguien decide no cumplir esta ley, como inadmisiblemente promueve todo un abogado en ejercicio, se estará arriesgando a que el propio comprador, ante el más mínimo problema que pueda surgir, sea quien le denuncie ante las autoridades.

También se está haciendo una demagogia absurda y contraproducente para contravenir la ley, al referirse al sistema de cría de papilleros como sistema que combate la importación de aves salvajes. Ambas cosas no pueden relacionarse, y una vez más se pone de manifiesto un profundo desconocimiento sobre el mundo de las aves psitácidas. Actualmente sólo pueden entrar en Europa aves procedentes de criaderos en cautividad de países extracomunitarios, y todo lo que entre por otras vías es ilegal. A título personal, me he manifestado contrario a la cría de papilleros indiscriminada e irresponsable, como sucede en la mayoría de los casos, pero acepto esta práctica cuando se realiza de manera seria y con conocimiento, porque minimiza sus inconvenientes, cosa que sucede en casos muy contados. De cualquier forma, lo que combate la captura de aves salvajes no es el sistema de cría de papilleros, en absoluto, pues lo que se está produciendo con este sistema son aves mascota y no planteles reproductores; lo que combate la captura de aves salvajes es la cría en cautividad de manera ordenada y responsable. Exponer tales argumentos resulta muy lamentable, porque nadie con un mínimo de sensibilidad puede apoyar el expolio de las poblaciones salvajes, y menos aún los sistemas tan crueles empleados para su captura y manejo, que desgraciadamente van mucho más allá del zarandeo de árboles. Si alguien desea conocer más a este respecto puede visitar la web de World Parrots Truts, organización internacional que lleva denunciando desde hace años estas prácticas.

La Junta Directiva de ANCEP está formada por criadores de psitácidos, y no somos precisamente novados, y entre nuestras filas contamos con criadores muy expertos e incluso profesionales, muchos de ellos afincados en Andalucía, a los que hemos también consultado sobre nuestro proceder, manifestándonos su total conformidad.

A título personal, lamento y mucho el hecho de que FOA no haya reconsiderado su posición a este respecto, tal vez condicionada por la próxima celebración del mundial en Andalucía. Considero que esta posición, y lo digo con la mejor fe, no va a beneficiarles, aunque en cualquier caso, la respeto. Lamentablemente para ellos, no van a producirse las rectificaciones que tanto anuncian, y la nueva Orden está en vigor desde el día de su publicación. Todo está en marcha y las nuevas cartillas sanitarias para aves psitácidas ya están en las clínicas veterinarias y se están expidiendo. Para bien o para mal, las competencias sobre sanidad dependen de cada comunidad autónoma y seguramente los técnicos de otras comunidades ya estén estudiando esta nueva legislación promulgada en Andalucía, y dudo mucho que no se extienda rápidamente por el resto del país.

A este respecto, desde ANCEP queremos adelantarnos al futuro y vamos a promover que nuestros aviarios puedan ser reconocidos como núcleos zoológicos privados o colecciones privadas, y en las cuales nuestros planteles reciban el tratamiento, así como cualquier nueva adquisición que se produzca, de manera que la Administración los declare “aviarios seguros” y con ello, no tengamos que administrar el tratamiento a la descendencia; así, en la cartilla veterinaria constaría algo así como “proviene de aviario seguro”. Esta idea ya ha sido expuesta a los técnicos de sanidad y, en principio, ha sido bien acogida. Si esta medida se lograse promover, redundaría en multitud de ventajas para todos y nos evitaría el administrar un tratamiento que a nadie complace, pero que hoy por hoy, es la única alternativa posible a la clamidiosis.

Elecciones en FOCOMA (II)

Tal y como se anunció en su día, la Federación Comunidad de Madrid de FOCDE ha celebrado Elecciones a Junta Directiva el pasado 18 de Junio.
Constituida la Mesa Electoral con la representación de ocho votos (siete votos presentes y un voto por correo) y celebrada la votación en 1ª vuelta, donde es necesario mayoría absoluta (mitad +1) el resultado de la misma fué :
-Votos a favor de la candidatura presentada: 3 votos.
-Votos en contra de la misma: 0 votos.
-Votos en blanco: 5 votos.
Al no haberse obtenido la necesaria mayoría absoluta, se procedió a una nueva votación, donde la candidatura presentada finalmente no salió elegida al quedar el resultado de la votación en:
-Votos a favor de la candidatura presentada: 3 votos.
-Votos en contra de la misma: 4 votos.
-Votos en blanco: 1 votos.
Como consecuencia de lo anteriormente expuesto y rechazada la candidatura que optaba a la citada Presidencia, se optó por la constitución de una Junta Gestora compuesta por:
-Presidente: D. Jesús Cedillo Jusdado.
-Interventor: D. Miguel. A. Hernández Paniagua.
-Secretario: D. Félix Barbero Martín.
Dicha Junta Gestora por lo tanto, sustituye en sus funciones a la anterior J.D. presidida por D. José L. Clemente Lillo, habiéndose acordado la celebración de nuevas elecciones en la Federación Comunidad de Madrid para el próximo mes de Septiembre.

jueves, 17 de junio de 2010

Democracia y transparencia.

Durante los últimos días, tras la celebración de la Asamblea General de FOCDE, se viene produciendo un debate en mi fuero interno bajo la premisa: ¿Es ético divulgar información sobre su desarrollo o sobre los acuerdos adoptados?

Resulta obvio que los dirigentes de las distintas organizaciones ornitológicas no están de acuerdo con que así se haga, y de hecho promueven una ley del silencio entre sus asociados, blindando la información y dotando a sus órganos de un férreo hermetismo que se traduce en un silencio sepulcral tras cualquier asamblea o reunión. Recientemente, un directivo de FOCDE argumentaba que no podía hablar sobre lo sucedido en la Asamblea de FOCDE hasta no informar previamente a los asociados de su federación, lo cual parece correcto a priori, ya que, en realidad, las organizaciones sólo deben explicaciones a sus propios asociados.

Hasta tal punto se promueve este hermetismo, que incluso las convocatorias de las asambleas, que deberían acompañarse de la información necesaria para tener conocimiento de causa de lo que se va a tratar o de lo que se va a votar a distancia mediante la delegación de voto, se reducen a una simple enumeración de los puntos del orden del día, sin una información adicional necesaria para comprender la tesitura que se plantea en cada uno de ellos, y con ello, lo que realmente se está promoviendo, es que las asociaciones deleguen su voto en blanco, pues carecen de la información necesaria para emitir el voto detallado. Tal vez también eso convenga, aunque por otras razones que no vienen al caso.

Sin embargo, los conceptos de democracia y de ocultación de la información son del todo incompatibles, ya que ningún régimen que oculte información o que simplemente no la facilite, podrá nunca ser considerado como verdaderamente democrático, pues sin información no es posible ejercer los derechos sobre los que se sustenta cualquier democracia; el ocultismo, en cualquiera de sus formas, es más propio de regímenes totalitarios.

En una democracia, la información debe fluir libremente hasta todas las capas sociales y no sólo quedar a disposición de los dirigentes de una organización, en el caso que nos ocupa, las asociaciones y los socios de base también tienen derecho a esa información, y si se oculta solo cabe pensar que existan buenas razones para hacerlo.

En nuestro Estado, reconocido como verdaderamente democrático y donde existe una verdadera libertad de prensa, no tiene cabida ningún tipo de ocultación de la información. Tanto es así, que los españoles podemos seguir por televisión incluso los debates sobre el Estado de la Nación, la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado, o cualquier otra sesión parlamentaria. De igual manera, los políticos comparecen ante los medios de comunicación tras cualquier reunión para explicar a la sociedad lo sucedido en ella. Todo ello sin perjuicio de que el Estado disponga de sus propios medios de información oficiales o conductos reglamentarios, como puedan ser los boletines oficiales estatales y autonómicos. Así, cualquier españolito de a pie se informa al mismo tiempo que cualquier presidente de comunidad autónoma o cualquier alcalde, por ejemplo, de si han sido aprobados o no los Presupuestos Generales del Estado, o de si ha sido aprobada o no una Ley concreta; y lo hacen a través de los medios de comunicación social, sin perjuicio de que, oficialmente, se informe posteriormente con su publicación en el Boletín Oficial del Estado.

De la misma manera actúan los partidos políticos, ya que, en aras de la transparencia, no dudan en comparecer ante los medios de comunicación tras celebrar sus propios congresos, sin perjuicio de que, posteriormente, sus dirigentes se dirijan a sus acólitos por sus propios conductos internos de información.

Las organizaciones ornitológicas y sus líderes, sólo están obligados a dar explicaciones a sus asociados, tal y como expresamente reconoce el Art. 21 de la Ley que nos regula, y que textualmente dice:

“Todo asociado ostenta el derecho a ser informado a cerca de la composición de los órganos de gobierno y representación de la asociación, de su estado de cuentas y del desarrollo de su actividad”

Obviamente, este derecho que asiste a todo asociado, implica la obligación por parte de los dirigentes a ofrecer esa información, y para ello, por supuesto que existen unos medios internos y reglamentarios. También es obvio, que las organizaciones sólo tienen esta obligación hacia sus propios asociados y no hacia terceros, e incluso de hecho, no deben proporcionar esa información a requerimiento de esos terceros. Sin embargo, la información no llega a todos los asociados, ni mucho menos a todos los estratos, porque la información se oculta en cualquier ámbito que no sea el estrictamente privado, y en ocasiones, no siendo nunca publicado en sus respectivos medios oficiales como puedan ser sus respectivas revistas.

Ante esta tesitura, la de informar exclusivamente a sus asociados, al final y bajo el pretexto de no ofrecer información al “enemigo”, se paga un precio muy caro, pues en realidad, la información se queda en las cúpulas de poder y no desciende a todos los estratos sociales. Así las cosas, uno ya no sabe si lo que se pretende es ocultar la información ante terceros o incluso ante los propios asociados, y con esta estrategia se plantea la duda razonable de si en verdad no se difunde la información por esta razón o porque en verdad esa información puede revelar datos y actuaciones poco justificables. Con ello, la democracia se va al traste y lo que cabe pensar, al final, es que si algo se oculta, es porque ese algo no interesa que se sepa.

En la pasada asamblea de FOCDE, alguien manifestó que el contenido de las asambleas, incluyendo el propio estado de cuentas, debería de publicarse en la revista “Pájaros”, porque es información a la que tienen derecho todos los criadores pertenecientes a las asociaciones adscritas a FOCDE, a lo que se le respondió que cuando esto se hizo en el pasado, se provocaron dos inspecciones de Hacienda; la contrarréplica fue: “cuando las cosas se hacen bien, no hay nada que ocultar, ni nada que temer”. La verdad es que uno no sabe bien como posicionarse a este respecto, pues en ocasiones las cosas no se hacen como es preceptivo, ya no por ningún fin ilegítimo, sino precisamente por lo contrario, para beneficiar a los asociados.

En los últimos tiempos, algunos dirigentes se han manifestado contrarios al uso de los foros para realizar críticas o reivindicaciones públicas sobre sus entidades, pero esos mismos dirigentes otorgaron esa potestad a dichos foros, cuando fueron ellos mismos los que los utilizaron cuando la circunstancia les convenía.

Siempre dije que FOCDE, por ser ésta la organización a la que estoy adscrito, debería de disponer de un portavoz oficial, cuyo cometido sea emitir información veraz a las bases, con motivo del auge adquirido por Internet como medio de información que proporciona inmediatez, frente a la retardada información de otros medios o conductos reglamentarios, sin perjuicio de que éstos sigan cumpliendo su cometido final.

Con todo ello, tanto en FOCDE como en COE la oligarquía, sustentada en una pseudo democracia, se impone como sistema de gobierno de ambas entidades, donde la información, y consiguientemente el control, es ejercido por un número muy reducido de personas.

Como conclusión y tras toda la reflexión precedente, no sólo parece ético divulgar el contenido de las asambleas, sino que es precisamente esa misma ética la que obliga a hacerlo, porque la información debe fluir para que la democracia sea tal, y si las cosas se hacen bien tiene poca relevancia el hecho de que terceros puedan también disponer de esa información; y si se hacen mal, sólo la denuncia pública y la crítica podrán enmendar esas actuaciones incorrectas. La democracia y la transparencia, deben ir de la mano para tener credibilidad, cualquier otra cosa tiene poca relación con estos dos conceptos.

viernes, 11 de junio de 2010

ANCEP apoyará la nueva legislación sobre psitácidos en Andalucía.

Siempre que entra en vigor una nueva ley se producen reacciones por parte de los sectores afectados, normalmente en contra de la misma, pues con su aplicación se introducen elementos nuevos en su rutina. Con el tiempo nos vamos adaptando a esa nueva rutina y tal vez entonces, estemos en mejores condiciones de valorar dicha ley, con mejor criterio y con mayor objetividad. Sirva como ejemplo la polémica Ley del Tabaco, que alteró por completo la vida de los fumadores, y sin embargo, hoy hemos aprendido a vivir de otra manera.

En nuestros días es de actualidad la Orden aprobada por la Junta de Andalucía, en desarrollo de la Ley de Protección de los Animales, que por primera vez, afecta explícitamente a las aves psitácidas. Como presidente de ANCEP, rápidamente recibí llamadas de otras organizaciones para que nos sumásemos a una reivindicación en contra de dicha Orden, sin que ANCEP se haya unido a nada ni pronunciado al respecto, hasta recabar la información necesaria para poder emitir una opinión fundamentada. A título personal, la Orden me complació nada más leerla, no obstante y como índico anteriormente, he mantenido conversaciones con especialistas y recabado información hasta alcanzar un criterio claro.

Ciertamente y como máximo responsable de una entidad afectada por esta Orden, es mi obligación alejarme de posiciones populistas y abordar la realidad con seriedad y rigor, pero sobre todo, con responsabilidad.

La Orden, en lo que a nosotros nos afecta, tiene dos acepciones claramente diferenciadas: de un lado, establece una serie de pautas y tratamientos obligatorios preceptivos para la tenencia y venta de aves psitaciformes; encaminados, en primer lugar, a preservar la salud humana; en segundo lugar, a ofrecer garantías zosanitarias al comprador; de otro lado, la Orden establece una normativa antes inexistente sobre los procedimientos de eutanasia aceptados legalmente.

Como preámbulo cabe preguntarse: ¿Cuánto vale una vida humana?

En los últimos años nuestra afición ha sufrido una expansión muy notable, y nuestras aves se introducen masivamente en nuestros hogares, unas con una finalidad meramente deportiva y otras para convivir estrechamente con nosotros y con nuestros hijos como animales de compañía. Cierto es que nuestras mascotas nos aportan multitud de satisfacciones, pero no dejan de ser seres vivos que por desgracia, también pueden transmitirnos enfermedades, pudiendo llegar incluso a causar nuestra propia muerte o la de nuestros seres queridos. Estas enfermedades, en ocasiones, han tenido una escasa incidencia y los brotes producidos se han controlado con cierta facilidad, por lo que raramente se han producido reacciones de alarma social. Pero en los últimos años, con la expansión de nuestra afición y la cada vez mayor cantidad de aves en nuestros hogares, la incidencia de estas enfermedades también se ha incrementado, por lo que se hace necesario establecer mecanismos de control y prevención, tal y como se hace con otros animales como perros y gatos.

Son varias las enfermedades que pueden transmitirnos las aves, pero entre ellas, tal vez adquiera una mayor relevancia la mal llamada “psitacosis”causada por Chlamydophila psittaci, antes conocida como Chlamydia psittaci. Recientemente las Clamidias se dividieron en dos géneros: el género Chlamydia y el género Chlamydophila, donde se encuentra incluida la especie Chlamydophila psittaci, que engloba a los seis serotipos conocidos de las aves. Si bien se encontró inicialmente este microorganismo en aves psitácidas, en verdad la enfermedad afecta a todas las especies aviares, llamándose entonces “ornitosis”.

La nueva Orden a que nos referimos, tiene muy presente esta enfermedad, y por ello, expondré algunos conceptos básicos de la misma necesarios para su comprensión, sin adentrarnos en la profundidad veterinaria que no corresponde a esta sección.

La ornitosis es muy infectiva, con alta incidencia en aves y está ampliamente distribuida por todo el mundo; y lo que es peor, es una zoonosis, pues puede transmitirse al ser humano. Lo grave y es lo que hace imprevisible a esta enfermedad, es que puede dar la cara causando mortalidad, pero en la mayoría de las ocasiones, provoca morbilidad con eventuales casos de mortalidad, infertilidad, muertes embrionarias, etc. Muchas aves infectadas son simplemente portadoras y no manifiestan ningún signo de enfermedad, por ello y dadas nuestras nulas medidas de control veterinario, es muy fácil que nuestros criaderos estén infectados, y sin saberlo, estemos diseminando la enfermedad cada vez que vendemos un ave o participamos en un concurso.

El diagnóstico es complejo, pues así como en un ave enferma es fácil determinar la presencia del microorganismo, en aves portadoras no es tan fiable el diagnóstico y se pueden producir falsos negativos. La O.I.E., Organización Mundial de Sanidad Animal, en su Manual sobre Animales Terrestres, ha elaborado un informe con los diferentes métodos actuales de diagnóstico de clamidias y finalmente declara: “el único medio actual de control sobre la clamidiosis son los antibióticos”. Al objeto de prevenir la enfermedad, la O.I.E. establece como requisito obligatorio para la importación de aves, su cuarentena y tratamiento en el país de origen, con clortetraciclina durante 45 días.

La enfermedad en el hombre también puede pasar inadvertida. En una persona adulta y sana, la enfermedad cursará con síntomas inespecíficos, normalmente dolor de cabeza, dolor muscular, tos, tal vez fiebre y poco más. Pero en ocasiones el cuadro puede agravarse y presentar además afecciones respiratorias más o menos severas, pudiendo incluso provocar la muerte. En personas inmunodeficientes, como niños, ancianos, enfermos, embarazadas, receptores de transplantes, enfermos de SIDA, etc. la enfermedad siempre tiene mayor gravedad. Normalmente responde bien a los antibióticos, por lo que las muertes son infrecuentes. Esta enfermedad en humanos es cada vez más frecuente, aún cuando no se dispone de datos fiables al respecto debido a que multitud de consultas e ingresos hospitalarios pueden quedar sin diagnosticar. Yo estoy absolutamente convencido de que, en algún momento de mi vida, he podido pasar sin saberlo por una clamidiosis, achacando mi enfermedad a una simple gripe.

El hecho es que en nuestro país, todos los años se producen casos de ingresos hospitalarios y fallecimientos; en los últimos años se han producido algunos brotes que se han saldado con algunos fallecimientos y personas afectadas con secuelas de por vida, como la ceguera; y los responsables somos todos y cada uno de nosotros. Así, cada vez que vendemos o reglamos a un niño, un periquito, un agapornis o un canario, estamos poniendo en riesgo su salud.

Pero además de lo expuesto anteriormente, todo control que se ejerza sobre estas enfermedades es una salvaguarda para nuestros propios criaderos y nos beneficia a todos, pues todos queremos tener un aviario sano, que en muchas ocasiones alcanza un elevado valor económico, y podemos dar al trate con todo nuestro trabajo cada vez que compramos un nuevo ave y lo introducimos en él.

La medida obligatoria de tratar con antibióticos a las aves durante 45 días, es la medida recomendada por la O.I.E. y como indica este organismo, es la única medida de control eficaz para esta enfermedad. La Orden obliga a este tratamiento a cualquier ave previamente a su venta o transacción, con lo cual, el comprador se asegura que su nueva ave goza de una garantía sanitaria a la hora de introducirla en su plantel o de acompañar a su hijo, cualquiera que sea el caso. El control de esta medida se ejerce con la obligatoriedad de expedir una cartilla veterinaria oficial en la que conste dicho tratamiento.

¿De qué manera nos afecta a los criadores esta nueva Orden?

Pues se está creando una alarma entre nosotros absolutamente injustificada, donde en mi opinión, algunos dirigentes están cayendo en el populismo, diciendo lo que sus asociados quieren oír, en lugar de adoptar una posición de seriedad y responsabilidad. En adelante y dependiendo de la prescripción veterinaria, los criadores andaluces solo tienen que cumplir un sencillo trámite cada vez que vendan un ave o un lote de aves: ir al veterinario para que les prescriba el tratamiento, administrar ese tratamiento durante 45 días y regresar a por las cartillas sanitarias. Y salvo que el veterinario se ponga estricto y prescriba otro protocolo, cosa improbable, eso es todo lo que tienen que hacer. El precio del tratamiento no supera los 3 € para todo el plantel, y cada cartilla costará 1 €. Los honorarios del veterinario los fijará el Colegio, y dudo que excedan de 5 €. Esta cartilla acompañará al ave de por vida y en ella constará la anilla como identificación. El criador sólo tendrá que incrementar en unos 5 ó 6 € euros el precio del ave. Exactamente igual que lo que hace un criador de perros para vender sus cachorros, pero a un precio infinitamente superior. En cualquier caso, el precio nunca debe imperar sobre razones de peso como la salud pública.

Lo realmente triste, es que en esta bendita afición estamos tan acostumbrados a campar por nuestros fueros que cada vez que oímos la palabra “control” nos ponemos en cinco uñas, porque no queremos asumir ningún tipo de responsabilidad, y rechazamos sistemáticamente cualquier medida que vaya más allá de “pájaro para allá, euros para acá”, aún cuando seamos los primeros beneficiados con esta medida.

Ya he oído decir por ahí que esta medida pretende beneficiar económicamente a los veterinarios, faltaría más... La verdad es que ya he hablado con varios veterinarios al respecto y la nueva Orden les perjudica, porque sobre ellos recae la obligación de llevar el registro de todos estos animales y deberán conservar esos registros durante tres años. O sea, mucho trabajo y poca “pasta”.

Pero…, no todo es tan simple. Algo que no dice la Orden es implícito al cumplimiento de la misma. El mercado de aves psitácidas se sustenta hoy en una práctica muy extendida, cual es la cría y venta de ejemplares criados a mano, que se venden con edades muy prematuras, los conocidos como “papilleros”. Estas aves se venden muy bien porque se presentan muy cariñosas y juguetonas, y a primera vista enamoran a los niños. ¿Qué sucederá con este sistema de venta?

Las tetraciclinas, fármacos de elección para el tratamiento de la clamidiosis, son fármacos bien tolerados, pero en tratamientos tan prolongados producen hepato-toxicidad (son tóxicos para el hígado). De otro lado, el calcio inhibe la absorción de estos fármacos, por lo que es preceptivo no aportar ninguna fuente de calcio durante el tratamiento. Las aves en crecimiento necesitan obligatoriamente grandes cantidades de calcio. Por ambas razones, el tratamiento no puede administrase en edades prematuras, sino una vez hayan finalizado su crecimiento; con lo cual, adiós a los papilleros.

Entre vender responsablemente un ave, sin poner en riesgo la salud de un niño, y obtener un lucro irresponsablemente, la opción no parece difícil. En adelante, las aves psitácidas deberán venderse con más edad, y dicho sea de paso, reduciendo notablemente la elevada mortalidad que se produce entre estas aves al ser vendidas a personas inexpertas; tal vez ello implique un mayor precio, pero a la larga también esta subida de precio va a beneficiar a los criadores.

Otra posibilidad que podría ser útil a este respecto y modificable en la Orden, sería que todo el plantel reproductor recibiera simultáneamente el tratamiento, previo a la reproducción, y que el veterinario lo certificase, declarando el criadero “libre de Chlamydophilas” haciendo así innecesario el tratamiento de los pichones y constando así en la cartilla sanitaria preceptiva para su venta. Pero esta posibilidad exige un control riguroso del plantel y de sus posibles incorporaciones, que sólo podría ejercerse en criaderos declarados como núcleo zoológico, ya que éstos poseen un registro de entradas y salidas. No obstante a lo anterior, en mi opinión y por razones que no son objeto del presente artículo, la venta de aves debería de regularse de tal manera que no pudieran venderse aves sin emancipar, prohibiendo expresamente la venta de papilleros.

Podría extenderme sobre otros aspectos como la vigilancia y control del veterinario sobre los tratamientos, sobre la posibilidad de generar resistencias por tratamientos mal administrados, e incluso sobre la posibilidad de emplear tetraciclinas inyectables de larga duración, pero estos aspectos son concernientes exclusivamente al veterinario y a los protocolos que se establezcan, quedando fuera del ámbito de la propia Orden.

En lo que respecta a la eutanasia de aves, la Orden es precisa y establece los métodos legales para ello, y claramente se opone a la eutanasia arbitraria de animales. Aún cuando será difícil e improbable ejercer un control real sobre su aplicación en aves, al menos ya disponemos de una norma que reprocha muchas de nuestras conductas, y ética y legalmente no será aceptado aplicar la práctica del “baldosín” u otras similares.

En resumen y en mi opinión, la Orden es inédita en nuestro país y ejemplar en sus conceptos, y como no puede ser de otra manera, públicamente la respaldo, y ojalá que pronto se extienda por todo el resto del territorio nacional, porque es una Orden que beneficia a todos los criadores. Al decir verdad, se ha quedado un poco corta, pues debería de extenderse a todas las aves en general y no sólo a las psitácidas, y también extenderse a otras enfermedades y no sólo a la clamidiosis, pero todo llegará.

No obstante, aún hay algo más que se nos ha puesto delante de las narices y que no hemos visto. La Ficha Clínica Veterinaria debe incluir el Código de Identificación Animal, y esta ficha deberá constar en el Registro Andaluz de Identificación Animal. En el caso de las aves psitácidas y muy especialmente aquellas de pequeño porte, sólo podrán ser identificadas por nuestra anilla reglamentaria, con lo cual, la Administración estará reconociendo oficialmente el valor de identificación de nuestras anillas en una aplicación relacionada con la salud pública. Consecuentemente, eso convierte a nuestras organizaciones en entidades colaboradoras imprescindibles para que la Administración pueda ejercer su control, en algo tan fundamental como lo es la salud pública. A tenor de esta normativa, la propia Administración nos ha abierto la puerta para poder declarar a nuestras organizaciones como asociaciones de “utilidad pública” inexcusablemente. Las repercusiones de tal declaración las dejo para otro día, pero resultan obvias para cualquiera que eche un vistazo a la Ley Reguladora del Derecho de Asociación, en el capítulo dedicado a ello.

Con todo lo expuesto, ANCEP, por acuerdo de su Junta Directiva, emitirá próximamente un comunicado en apoyo de la referida Orden, que trasladaremos a la Dirección Gral. de Producción Agrícola y Ganadera de la Junta de Andalucía. Dicho comunicado también será remitido a otras asociaciones afines al objeto de que tengan conocimiento de nuestra posición, y muy especialmente a FOA, por ser la federación de la Comunidad Autónoma principalmente afectada, para pedirle que reconsidere su posición con respecto a esta nueva Orden. Debemos alejar ya y de una vez por todas, la imagen de “pajareros” que se tiene de nosotros, y la propia Administración no está brindando la oportunidad de ser alguien en esta sociedad, de ser reconocidos oficialmente. No podemos desperdiciar esa oportunidad.

martes, 8 de junio de 2010

Asamblea General de FOCDE

Los pasados días 5 y 6 de junio, se celebró, en la ciudad de Talavera de la Reina, la Asamblea General de Socios de FOCDE, que transcurrió con normalidad pero con algunos incidentes, entre ellos la negativa por parte y en base al “criterio” de la Comisión Gestora, de no admitir como válidos los votos de dos asociaciones gallegas representadas por el Sr. Cuenca, presidente de ANCEP, así como los de otras dos asociaciones también gallegas, que delegaron su voto en el presidente de FOCDE. El Sr. Cuenca rebatió los argumentos esgrimidos por la Comisión Gestora y declaró que la Asamblea no estaría legalmente constituida sin la representatividad de dichas asociaciones.

La asamblea comenzó con el punto del orden del día “Memoria de Actividades”, donde tomó la palabra el presidente y presentó unos 200 folios con declaraciones en los foros de los Sres. Penedo, Nogueiro y Morgado. Durante dos horas y media, el presidente fue leyendo dichas intervenciones y reprochando a los referidos Sres. quienes posteriormente expusieron sus alegaciones, reduciéndose a este hecho las “actividades” de la federación.

Seguidamente, de nuevo el Sr. Cuenca volvió a intervenir, para leer la impugnación de ANCEP al acuerdo de Junta Directiva referente a la normativa de anillas y de distribución de la revista Pájaros, pidiendo explicaciones a la Comisión Gestora por no haberla incluido en el orden del día, quien argumentó defectos de forma en su presentación, siendo finalmente aprobada la medida, momento en el cual, el Sr. Cuenca abandonó la asamblea.

Desde ese momento la asamblea transcurrió con absoluta normalidad y fueron aprobándose sucesivamente los diferentes puntos del orden del día.

Al día siguiente, en el último punto de la asamblea ordinaria, el presidente de ANCEP argumentó y rebatió la resolución del Comité de Conflictos en el caso Penedo, y defendió que ni éste órgano ni nadie, podían inferir en el funcionamiento interno de la asociación. El Sr. Cuenca manifestó que el estado de derecho era una farsa en FOCDE, aplicándose las normas a conveniencia, y que no respaldaba la gestión ni la política de la federación, razones por las cuales anunció que lo sucedido sería expuesto ante los socios de ANCEP en su próxima asamblea general, y que decidiese lo que decidiese dicha asamblea y por lo expuesto anteriormente, él presentaría su dimisión como presidente de la entidad, con lo cual ésta era su última asamblea en FOCDE y razonó que por todo ello, no deseaba abandonar la entidad dejando rencores, por lo que retiró las denuncias contra los Sres. Penedo y Durán.

A continuación, ya en la asamblea extraordinaria, se aprobaron diferentes modificaciones a los Estatutos y Reglamentos.

Próximamente, en la sección de opinión, iremos detallando lo sucedido.

viernes, 4 de junio de 2010

Se revolvió el Charcal.

Una vez más y por desgracia, podemos comprobar como ciertos foros, por llamar de alguna manera a aquellos sitios donde algunos amigos se reúnen para autopromocionarse y para defender sus cuitas personales, son administrados arbitrariamente, incumpliendo sus propias normas a conveniencia, al publicar ciertos temas en apartados o secciones que claramente no les corresponden, con el propósito de darles mayor difusión, difamando a terceras personas, sin tan siquiera una provocación previa.

Una vez más y por desgracia, podemos comprobar como los administradores emplean términos como “indigno”, “repulsa humana”, “animales racionales”, “ruin”, “mezquino”…, para referirse por alusiones inequívocas, a personas que, habiendo sido privadas de su derecho a réplica, carecen de la posibilidad de defenderse. Esto es algo que los moderadores de cualquier foro deben evitar que hagan los usuarios, cuánto más grave es, que sean, precisamente, los moderadores, los autores de tales hazañas; y para más INRI, que lo hagan en nombre de la ética. Sí, esto lo hace precisamente aquel que dice que nunca insulta a nadie, aunque sus intervenciones estén plagadas de insultos. ¿Conocerá el significado de la palabra “hipocresía”?

Una vez más y por desgracia, podemos comprobar como en su “charcal” particular, como bien llaman por otros lares a dicho sitio, se coacciona el derecho a la libertad de expresión, al privar a sus intervinientes de opinar sobre ciertos temas que no sean de la conveniencia de sus deidades, aquellas que aprietan los botones, cerrando y censurando cualquier crítica o alusión a este blog que tanto les irrita, bajo el pretexto de no hacerle publicidad. ¿Conocerá el significado de la palabra “patetismo”?

Una vez más y por desgracia, podemos comprobar como mi innombrable apellido, como si de niños se tratase, es sustituido por XXXX cada vez que alguien lo pronuncia equivocadamente al ignorar que está censurado. Vaya, que si alguien quiere informar que ha visitado la ciudad de Cuenca, aparecerá algo así como “estuve en XXXX”, o si alguien quiere explicar como se hace el gazpacho le aparecerá algo así como “…se machacan los ingredientes en la XXXX”, o si alguien quiere hablar de geografía, podrá aparecer algo así como “la XXXX del Guadalquivir…” En fin, que mi apellido tiene tantas acepciones que el charcal, más que un foro, con tantas equis, más parece un relato porno.

Pero el broche de oro lo puso el asturiano. Sí, ese que es presidente vitalicio de la NO federación asturiana (con todo respeto por los compañeros asturianos); ese que en tiempos de austeridad en FOCDE sigue gañoteando dos viajes al año para ir a Talavera en representación de dos asociaciones; ese que se aferra a la presidencia de una federación que dejó de existir como tal desde que perdió el número de asociados mínimo requerido para tal consideración; ese que carece de escrúpulos para agraviar comparativamente a otras asociaciones de FOCDE, como las de Murcia o Baleares, que con mejor criterio que él y mucha más honestidad se quedaron sin federación regional, y con ello, sin representación en FOCDE. ¿O tal vez ignore las normas de FOCDE, y no sepa que esas dos asociaciones asturianas deben integrarse en la federación regional geográficamente más próxima?

Pues a ese asturiano, que tanto me detesta por haber denunciado, amparado por la mismísima Constitución, ante los tribunales de justicia, las injusticias de algunos de sus compañeros, le haré alusión a un personaje muy famoso en mi tierra, el Marqués de la Encomienda, una persona muy querida por todos en mi ciudad, que se caracterizó siempre por su talante altruista, mecenas de multitud de proyectos culturales, y que creó una universidad donde antes no existía. Ese mecenas de la cultura, también se hizo famoso porque siempre estaba inmerso en pleitos legales, la mayoría de ellos contra el ayuntamiento de la ciudad. En una ocasión, realizó unas declaraciones que ni pintadas y dijo: “…yo no provengo de la selva, y al contrario que los animales, resuelvo mis diferencias donde lo hacen los seres civilizados”.

Pues sí, al asturiano sólo decirle que los juzgados de este país, así como los de cualquier otro país civilizado, están colapsados por miles de personas tan indeseables como yo; y si esto es así, tal vez él se encontrase mejor en otro tipo de país, tal vez menos civilizado, donde la “macarrería” campe por sus fueros. Como bien dice y resulta obvio, ambos no podemos representar los mismos valores. No obstante, va a tener inminentemente la oportunidad de decirme a la cara cuanto le apetezca, si es que tiene hombría suficiente para hacerlo, que yo, gustosamente, le responderé.

¿Y todo esto por qué?

Pues por la sencilla razón de que las dos asociaciones más importantes de Galicia, por discrepancias con su presidente regional, en las que yo ni entro ni debo entrar, han hecho uso de un legítimo y ético derecho que les asiste, y han decidido, por unanimidad, delegar su voto en mi persona ante la próxima Asamblea General de FOCDE. Y yo, por un verdadero y bien entendido sentido del compañerismo (y no las mamarrachadas que otros argumentan), me siento muy honrado con tal decisión y he aceptado la confianza y la responsabilidad que han depositado sobre mí, ejerciendo en su nombre su derecho a voto. ¿Hay alguien más, aparte de estos señores, que considere estos hechos como “indignas delegaciones”?

Y es que, lo que no puede aceptar esta “pandilla”, que siempre está lloriqueando, dando la nota, y avergonzando a toda su federación, es que una persona a la que ellos han difamado hasta la saciedad de la manera más cobarde que pueda existir al privarle de la posibilidad de defenderse, resulte que es querida y apreciada por mucha gente y le aparezcan amigos por todas partes, al contrario de la imagen que han pretendido vender de ella durante tanto tiempo; mientras que, al contrario, ellos se están viendo más solos y aislados cada día que pasa, dentro y fuera de su propia federación, y ya nadie les sigue el juego.

Pues sí, una vez más y por desgracia han vuelto a ofrecer un triste y bochornoso espectáculo, dando de nuevo un buen ejemplo de lo capacitados que están para ejercer el cargo de moderación de un foro o cualquier otro cargo. La parte positiva, si es que la hay, es que los lectores una vez más puedan constatarlo, en detrimento de su ya escasa credibilidad.

Por lo demás, casi prefiero que no rectifiquen sus actuaciones, pues si lo hicieran, me privarían de la cantidad de satisfacciones que me están ofreciendo, así como de los buenos momentos de diversión que me producen el leer sus pataletas, ya que la capacidad de poder ofenderme, nunca la tuvieron.

Pero mientras esto no pasa de ser una anécdota más o menos graciosa, lo que acontece en otro foro, titularidad de una federación, es aún más grave. Y es más grave porque el responsable último de cuanto en él acontezca es precisamente su titular, y me estoy refiriendo al foro de la federación andaluza. No voy a entrar en las rencillas que mantengan con los miembros del otro foro, eso es asunto de ellos y ellos, pero en el día de hoy, uno de sus “anónimos” y además persona relevante en esa federación, se refirió a mí con expresiones despectivas y soeces, y claramente ofensivas hacia mi persona, como llamarme “mamador”. Desde este medio y especialmente yo, a título personal, se ha sido crítico, en lo positivo y en lo negativo, con dicha federación, pero por igual se ha sido escrupulosamente respetuoso con ella y con las personas que la componen. Por tal razón, no comprendo esa actuación, y desde estas líneas, exijo públicamente unas disculpas por parte de los responsables de ese foro y/o de esa federación, procediéndose inmediatamente a retirar dicho mensaje.

miércoles, 2 de junio de 2010

¿Federación o Confederación?

Durante más de 50 años, la España ornitológica se ha sustentado en el sistema de federación nacional para configurar su organigrama operativo. La entrada en vigor, en el año 2002, de la Ley Orgánica Reguladora del Derecho de Asociación, vino a establecer unas normas básicas para el funcionamiento y organización de este tipo de entidades, sin que por ello, la entonces FOCDE de casi todos, hiciera otra cosa que el paripé, manteniendo normas y estructuras contrarias a dicha Ley. Finalmente, tras la ruptura ornitológica, el sector segregado de FOCDE, adoptó una nueva modalidad inédita en nuestro país, basada en el sistema de confederación nacional.

La referida Ley, establece unas condiciones de autogobierno sin injerencia externa alguna, y permite que las asociaciones puedan a su vez asociarse entre ellas para constituir federaciones, confederaciones y uniones; o lo que es lo mismo, asociaciones de segundo, tercer y cuarto grado, respectivamente. Elegir un modelo u otro es potestad exclusiva de los asociados, ya que no existe regulación oficial alguna al respecto, tal y como sucede con otro tipo de entidades que se regulan por legislación específica.

Ahora bien, ¿cuál es el modelo que mejor se adapta a las necesidades y características de nuestra realidad ornitológica?

Por definición, una federación es la asociación de tres o más asociaciones; la confederación es la asociación de tres o más federaciones; y por último, la unión es la asociación de tres o más confederaciones. Objetivamente, resulta obvio que mientras mayor sea el grado asociativo, más se aleja el poder de las bases, ya que éstas delegan su potestad en sus legítimos representantes. Por contrario, mientras menor sea el grado asociativo, más caro es proporcionalmente de sustentar el sistema, porque, por ejemplo, es necesario movilizar a más personas para constituir sus asambleas. En cualquier caso, cualquiera de los sistemas, ya sea federación nacional, confederación nacional o incluso unión nacional, es perfectamente legal, legítimo y válido para organizarnos.

Tal vez, lo realmente importante no sea el sistema en sí, sino la normativa interna que lo rija, y la capacidad y talante de las personas que lo dirijan; si bien a este último respecto, siempre será responsabilidad de los electores. Ello nos conduce inexorablemente a comprender que los sistemas en sí mismos y desde un punto de vista exclusivamente teórico, no son valorables para determinar cuál es el más adecuado, sino por contrario, debemos valorar modelos concretos y analizar cómo están construidos y gestionados, lo cual nos obliga a retitular este artículo de la siguiente manera: ¿FOCDE o COE?

Siempre he dicho que, salvando las distancias, las organizaciones ornitológicas debían inspirar su normativa y organización en la de nuestro propio estado, emulando su funcionamiento. La organización del estado español, similar a la de otros países democráticos, se sustenta en un funcionamiento democrático plural y se estructura en comunidades autónomas que se autogestionan, aunque estas expresiones de por sí, no dicen nada si no se desarrollan adecuadamente.

La democracia en España parte de la ideal fundamental del sufragio universal; es decir, cada ciudadano ostenta un voto, con independencia de sus características personales como puedan ser raza, sexo, religión, posición social, grado cultural…; o sea, vale igual el voto del rico que el del pobre, el del culto que el del ignorante... Este sufragio universal permite a los ciudadanos elegir a sus representantes legislativos en los ámbitos local, autonómico y nacional.

Así mismo, el estado español se estructura en comunidades autónomas con capacidad de autogobierno, pero obligadas a toda la normativa superior de ámbito nacional, de tal manera que, con independencia de las normas particulares de cada comunidad, los ciudadanos se rijan por principios de igualdad en todo el estado. Por ello, la autonomía de las comunidades es limitada, y sólo gozan de competencias concretas, reservándose el estado la potestad de legislar normativas nacionales aplicables en todo su ámbito, y de gestionar los recursos económicos nacionales para salvaguardar los servicios básicos que garanticen el principio de igualdad (que no de solidaridad) entre todos los españoles. Así, un asturiano puede disfrutar de una educación o sanidad públicas gratuitas, de igual manera que lo hará un valenciano o un andaluz, aún cuando estas competencias hayan sido transferidas a las comunidades.

Pero volviendo a la idea antes expuesta de: un ciudadano/un voto; si se aplicase tal cual, podría originar mayorías absolutistas por parte de aquellas comunidades que contasen con mayor población; así por ejemplo, la representatividad de Cataluña sería excesivamente superior a la de Extremadura en el Congreso de los Diputados. Para minimizar esta circunstancia, la Ley electoral, en su Art. 162 establece el método para determinar la representatividad de cada provincia, de tal manera que, proporcionalmente a la población, se adjudican los escaños que corresponden a cada una de ellas de forma recesiva; o sea, se necesitan más cantidad de electores para conseguir un escaño en Cataluña que en Extremadura, y con ello se compensa la diferencia de representatividad entre ambas comunidades, evitando la formación de mayorías aplastantes que podrían gobernar a su antojo, sin consideraciones por las comunidades minoritarias.

Una vez determinados los escaños correspondientes a cada provincia, el reparto de los mismos entre las distintas candidaturas se realiza por medio del Sistema D’Hondt, que los reparte de manera proporcional a los votos obtenidos por cada una de ellas, favoreciendo a la candidatura más votada.

Extrapolados todos estos conceptos a nuestra sociedad ornitológica, nos encontramos que, a nivel de asociaciones, sí se contempla la idea de: un criador/un voto; pero este concepto se pierde por completo en nuestras federaciones, donde cada asociación ostenta un voto. Y digo que se pierde porque con este sistema, se extravía la idea inicial, ya que no contempla en manera alguna el hecho de que puedan existir asociaciones con muchos y pocos asociados, y parece poco lógico y poco democrático el hecho de que ostente la misma representación una asociación con 3 socios, que otra con 300. Esta circunstancia ignora por completo la verdadera esencia democrática de la representatividad proporcional y propicia el que las asociaciones poco representativas puedan imponer sus decisiones a las asociaciones que ostentan la representación mayoritaria de los socios, hasta el extremo que favorece incluso la creación de asociaciones “fantasmas” cuyo propósito sea el de ostentar el control de las asambleas. Parece más correcto el que los votos de las asociaciones en sus federaciones, se distribuyesen de manera proporcional a la cantidad de socios activos (socios que consumen anillas) de cada una de las asociaciones (con independencia de que éstos sean ricos y cultos o pobres e ignorantes, con independencia de que sean expertos o novatos, campeones o principiantes, consuman 50 ó 1.000 anillas), aplicando un sistema corrector que a la vez, reduzca las diferencias de representatividad entre éstas, tal y como se distribuyen los escaños que corresponden a cada provincia según la Ley electoral. Esta concepción de la representatividad es el que debería de aplicarse en cualquier federación, sea del ámbito que sea; dando lugar a un sistema que sí podría considerarse verdaderamente democrático, pues respeta la representatividad real de cada asociación. Cualquier otra fórmula no es otra cosa que una pseudo democracia.

En el caso de COE, como modelo de confederación, son igualmente aplicables los conceptos anteriormente descritos, donde las federaciones miembros deberían de ostentar la representatividad proporcionalmente a los socios de base que representan, aplicando las mismas medidas correctoras descritas anteriormente.

Obviamente y aún estando mal concebido el sistema de FOCDE, resulta menos lesivo para la democracia que el sistema de COE. En primer lugar porque, como se indica al principio, el sistema de confederación aleja el poder de las bases, distanciándose del principio de sufragio universal, y éste recae exclusivamente en los respectivos órganos de representación. Pero principalmente, por una reglamentación que lejos de intentar reducir las diferencias de representatividad entre federaciones grandes y pequeñas, incrementa esa distancia, dejando la capacidad de decisión de las pequeñas en mera anécdota. Efectivamente, este postulado se constata en el hecho de que los votos de cada federación se atribuyen en función de criterios tan arbitrarios como las anillas consumidas y las aves participantes en el Campeonato de España y en el Campeonato del Mundo, lo cual, siempre beneficia a las grandes.

Cosa distinta es como se apliquen luego en la realidad los sistemas, y a este respecto, FOCDE no tiene establecida adecuadamente la división de poderes, y al contrario, concentra cada vez más poder en sus órganos de gobierno, conduciendo a la entidad a lo que podría definirse como una “democracia dirigida”, que poco tiene en relación con la verdadera esencia democrática.

Con respecto a la gestión de los recursos económicos, tanto las federaciones regionales afines a FOCDE, como las federaciones miembros de COE, son independientes y soberanas, con personalidad jurídica propia, y consiguientemente, en ambos casos autogestionan sus propios recursos. Sin embargo, en el caso de FOCDE, al igual de cómo sucede en el estado español, es ésta la que gestiona todos aquellos servicios básicos destinados a los criadores y aficionados pertenecientes a sus asociaciones, y con ello, garantizando el principio de igualdad; así, un navarro percibe los mismos servicios que un catalán. Obviamente, el mantenimiento de estos servicios se hace con la aportación económica, más o menos proporcional, de cada una de sus asociaciones. Por contra, las federaciones regionales proveen de servicios adicionales a los socios de sus respectivas asociaciones, como pueda ser la organización de su Campeonato Regional; y estos servicios adicionales, al igual de cómo sucede en el estado español, van a depender directamente de los recursos y gestión de cada federación, independientemente de FOCDE. Por ello, pueden darse diferencias en estos servicios adicionales entre unas federaciones regionales y otras.

En COE el sistema de régimen económico y de prestación de servicios básicos se ha disociado, y permite el libre albedrío de cada una de las federaciones miembros, de tal manera que todos aportan, de manera más o menos proporcional, una cantidad económica exclusivamente para el mantenimiento de la confederación, la edición de su revista y la organización de su Campeonato; y dejando en manos de cada federación la gestión de sus propias anillas, la distribución de su revista o el mantenimiento de sus colegios de jueces. El resultado no se ha hecho esperar y pone de manifiesto que, al gestionar cada federación íntegramente todos sus recursos económicos, esto redunda en los servicios mínimos ofrecidos por las diferentes federaciones, los cuales van a depender de la capacidad económica de cada una de ellas, dando al traste con el principio de igualdad entre sus criadores de base. Pero esta circunstancia no sólo queda ahí, sino que, como hemos visto, ha hecho aflorar un espíritu mercantilista en las federaciones más fuertes hacia las más débiles, ya que, al gozar de mayores recursos económicos, pueden explotarlos con mejor capacidad y obtener mejores ventajas, ofreciéndoles sus propios servicios como si de clientes se tratase, lo cual redundará aún más en aumentar las diferencias entre la capacidad económica de unas y de otras. Y es que el principio de igualdad nunca debe sostenerse en la generosidad ni en una supuesta solidaridad, sino en una estructura que promueva una verdadera igualdad, con un órgano central (confederación) que gestione y administre los recursos y servicios básicos y comunes para todos, así como en medidas encaminadas a disminuir las diferencias como proyecto social, para que los pequeños puedan desarrollar y promocionar sus actividades, como mínimo, en igualdad de condiciones que los grandes.

En resumen, el sistema y la normativa de COE actualmente, favorece a los grandes y perjudica a los pequeños, tanto en la representatividad en los órganos de gobierno como en la gestión de sus servicios básicos; y si quieren construir un proyecto de futuro sólido, las federaciones grandes, que son las que han impuesto estas condiciones, deberán elegir entre rectificar o quedarse solas, porque a medio plazo y por encima de las personas, las pequeñas se irán dando cuenta de esta realidad y se descolgarán del mismo.

El sistema de FOCDE, en su filosofía es más próximo a los principios de igualdad, y aunque distribuye la representatividad de manera errónea que no se ajusta a la realidad (cosa a subsanar), al menos no establece fórmulas de incremento en esa representatividad que favorezca a los grandes. No obstante, la estructura de FOCDE está mal construida y hace aguas, ya que sus pilares básicos se sustentan sobre conceptos contrarios a la Ley que nos regula. FOCDE debe, imperiosamente, revisar en profundidad su normativa ajustándola a derecho, democratizando la entidad y promoviendo la separación de poderes. Sólo así, FOCDE podrá afrontar con garantías un futuro que se augura muy competitivo.

La conclusión final es la que anticipaba al principio, cualquiera de los dos sistemas, federación o confederación, es válido de por sí. Lo realmente importante es que el proyecto de construya con las premisas de un sistema verdaderamente democrático, y se gestione atendiendo al principio de igualdad que debe regir en cualquier sociedad. Lamentablemente, una vez más la prepotencia aflora en nuestra afición y personas escasamente cualificadas para ello, se ponen a legislar sin tan siquiera recabar el asesoramiento legal necesario, dando como resultado sendas chapuzas a uno y otro lado; y, o FOCDE evoluciona y COE rectifica, o a la larga, sus asociados les pasarán la correspondiente factura.

Si alguien me pidiera consejo sobre pertenecer a una u otra organización, le respondería que, hoy por hoy, no puedo recomendarle ninguna de las dos, porque ambas deben mejorar y mucho sus estructuras y normas, y le diría que están obligadas a hacerlo fruto de su competitividad. Habida cuenta de que no disponemos de más opciones, lo único que nos queda es sobrevivir en una de ellas, y dejar que el tiempo determine cual de ellas hizo mejor sus deberes.

Tal vez y para finalizar, mi opinión personal y que solventaría nuestra actual problemática, sería el que nuestros dirigentes lucharan por conseguir que la ornitología deportiva fuera reconocida como deporte, y en tal caso pudiéramos acogernos a la Ley del Deporte, lo cual pondría fin a multitud de problemas, entre ellos a la actual división, y redundaría en multitud de ventajas. Pero de eso hablaremos otro día.

Elecciones en FOCOMA

La Federación Comunidad de Madrid de FOCDE (FOCOMA) tiene previsto celebrar Elecciones a Junta Directiva el próximo día 18 de Junio.
Hasta la fecha, y una vez finalizado el plazo para poder presentar candidatura (incluido el de ampliación en días por posibles imprevistos), la única opción presentada ha sido la encabezada por el Sr. Don Joaquin Benito Martín, juez de Postura del Colegio de Jueces FOCDE, y que en definitiva estaría compuesta por los Srs:
-Don Joaquín Benito Martín (Presidente).
Resto de cargos:
-Don José Manuel Callejo Trujillo.
-Don Alfonso Barranco Lancho.
-Don Alejandro Alonso López.
-Don Juan Miguel Gómez Muñoz.
Esta nueva Junta Directiva, una vez elegida, sustituirá a la que presidía el Sr. Don José Luis Clemente Lillo, muy conocido por todos por su gran labor como juez a lo largo de dilatados años, así como por su gran calidad humana y amplios conocimientos; cosa que no ha tardado en demostrar al ofrecerse desinteresadamente como asesor en lo que fuera necesario a la nueva J.D., y cosa que no han tardado en aceptar dada su amplia experiencia en todo lo concerniente a la labor que deben realizar.
Desde este espacio, les deseo mucha suerte a todos sus miembros en el desarrollo de su labor al frente de esa J.D.

martes, 1 de junio de 2010

Estamos de elecciones.

Como ya sabemos, se podría decir que es tiempo de Elecciones y de Asambleas varias. Unas ya lo fueron y otras están a la vuelta de la esquina. A la que me referiré aquí, será para celebrarse a finales de verano.
Hasta ahora, sin incidencias notables que anotar en todas las celebradas, menos en una que sospecho que se va a tener que repetir las votaciones por los numerosos casos de irregularidades denunciados por sus mismos socios.
Como es sabido, el pasado Diciembre, presentó su dimisión como Presidente del Colegio de Jueces FOCDE el Sr. Don Benigno Ruiz Dorado, cargo que desde entonces ejerce "en funciones" el Sr. Don Francisco Hidalgo Sánchez.
Para las elecciones a Presidente del Colegio de Jueces FOCDE, a celebrar en el mes de Septiembre del presente año, y si no cambia en tres días la información que tengo, optarán dos candidaturas:
-La encabezada por el Sr. Don Francisco Hidalgo Sánchez, actual Presidente "en funciones" del citado Colegio, junto al Sr. Don Fernando Osoro Echezarreta (actuando en funciones de Secretario).
El Sr. Hidalgo además ostenta el cargo de Presidente de la Comisión Técnica de Postura; cargo al que tendrá que renunciar al optar a la Presidencia del citado Colegio de Jueces FOCDE.
-La encabezada por el Sr. Don Vicente Ruiz Cano; persona que como todos sabemos ya ejerció en su día la Presidencia del Colegio, así como la de la misma FOCDE.
Pues desde este espacio sólo desearles a ambos suerte, y al que resultare elegido, mucha "sapiencia" para poder dirigir adecuadamente esa institución; cosa que sospecho no es nada fácil.