PREAMBULO:
El derecho a la libertad de expresión encuentra su marco legal supremo en el Art. 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos:
“Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión”.
La Constitución Española desarrolla aún más este derecho y añade, en su Art. 20.2:
“El ejercicio de estos derechos no puede restringirse mediante ningún tipo de censura previa”.
Pero el ejercicio del derecho a la libertad de expresión no es ilimitado y la propia Carta Magna establece esos límites en el Art. 20.4:
“Estas libertades tienen su límite en el respeto a los derechos reconocidos en este Título, en los preceptos de las Leyes que lo desarrollan y, especialmente, en el derecho al honor, a la intimidad, a la propia imagen y a la protección de la juventud y de la infancia”.
Otros cuerpos legales, como el Código Civil o el Código Penal vienen a precisar esos límites y las responsabilidades que pueden derivarse de su exceso; responsabilidades que no sólo afectan al autor de los propios excesos, si no también al que los permite, como pueda ser el editor, en el caso que nos afecta; y que, por razones obvias, no son objeto de este preámbulo.
Podemos deducir que el derecho a la libertad de expresión es un derecho fundamental inalienable, no pudiéndose someter a ningún tipo de censura previa, pero sujeto a responsabilidades ulteriores en el caso de que su exceso vulnere otros derechos fundamentales, y esta responsabilidad alcanza no solo al autor, si no también al editor.
Por consiguiente, pretendemos una plataforma donde imperen la buena educación y el respeto; donde no tengan cabida los insultos, las injurias, las calumnias; ni tampoco las valoraciones personales despectivas, comentarios vulgares o cualquier expresión que pueda herir la sensibilidad de otros lectores, especialmente los menores de edad, tal y como expresamente indica la Constitución.
Por todo ello y pese a que esta plataforma permite mecanismos de moderación, los lectores podrán publicar sus comentarios a los artículos y noticias publicados por el equipo de redacción, sin censura previa alguna y ejerciendo con plena responsabilidad su derecho a la libertad de expresión, que incluye, como no puede ser de otro modo, el derecho a la crítica, incluso a los propios miembros del equipo de redacción.
De igual manera, el equipo de redacción, en el ejercicio de su responsabilidad como editor del medio, eliminará a posteriori todos los comentarios que puedan representar un exceso a los límites al derecho a la libertad de expresión nada más tenga conocimiento de su publicación. Ningún comentario será jamás editado en su contenido, pues esto solo tiene derecho a hacerlo su propio autor; así, cuando un comentario sea eliminado, la redacción publicará otro indicándole las razones de su eliminación, y el autor podrá publicarlo de nuevo subsanando el defecto.
Por último y para el correcto funcionamiento del diario, hemos de dejar bien claro que, pese a la posibilidad de publicar comentarios, éstos constituyen una herramienta de interactuación con los autores, sin que ello deba confundirse con un foro de debate. Así, asumimos la responsabilidad de conducir los comentarios dentro del tema que lo motivan, por ello, los comentarios deberán ser siempre referentes a la noticia o artículo que los produjo.
NORMAS DE PARTICIPACIÓN:
1º.- Todos los comentarios deberán ir firmados por su autor en el propio cuerpo del mensaje, al final, con nombre y apellidos y con D.N.I. ó C.N.
2º.- Los comentarios deberán ser alusivos al artículo o noticia que se comenta, no pudiéndose introducir en ellos elementos nuevos que se aparten del contenido de la noticia o artículo que los originó.
3º.- Los comentarios no podrán incluir contenidos que, de una u otra forma, puedan atentar contra el honor, la intimidad o la imagen de terceros.
4º.- Los comentarios no podrán incluir contenidos que, de una forma u otra, realicen apología o promuevan actividades ilícitas.
5º.- Los comentarios no podrán incluir expresiones vulgares, descalificaciones o manifestaciones que, de cualquier forma, puedan herir la sensibilidad de los lectores, y muy especialmente, a los menores de edad.
6º.- El derecho a la crítica es connatural a “la verdad ornitológica” y forma parte de la libertad de expresión de los lectores. El equipo de redacción también está sujeto a esa crítica y puede ejercerse de manera pública a través de los comentarios, sin perjuicio de lo indicado en los puntos anteriores.
7º.- Los mensajes que no cumplan con los puntos anteriores serán eliminados y la redacción emitirá un comentario dirigido al autor motivando las razones de su eliminación. El autor podrá volver a publicar su comentario una vez subsanado el defecto.
Con esta normativa, en "la verdad ornitológica" no existen los “baneos”, pues no somos quienes para juzgar, ni mucho menos castigar, a personas adultas.
El equipo de redacción.
El derecho a la libertad de expresión encuentra su marco legal supremo en el Art. 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos:
“Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión”.
La Constitución Española desarrolla aún más este derecho y añade, en su Art. 20.2:
“El ejercicio de estos derechos no puede restringirse mediante ningún tipo de censura previa”.
Pero el ejercicio del derecho a la libertad de expresión no es ilimitado y la propia Carta Magna establece esos límites en el Art. 20.4:
“Estas libertades tienen su límite en el respeto a los derechos reconocidos en este Título, en los preceptos de las Leyes que lo desarrollan y, especialmente, en el derecho al honor, a la intimidad, a la propia imagen y a la protección de la juventud y de la infancia”.
Otros cuerpos legales, como el Código Civil o el Código Penal vienen a precisar esos límites y las responsabilidades que pueden derivarse de su exceso; responsabilidades que no sólo afectan al autor de los propios excesos, si no también al que los permite, como pueda ser el editor, en el caso que nos afecta; y que, por razones obvias, no son objeto de este preámbulo.
Podemos deducir que el derecho a la libertad de expresión es un derecho fundamental inalienable, no pudiéndose someter a ningún tipo de censura previa, pero sujeto a responsabilidades ulteriores en el caso de que su exceso vulnere otros derechos fundamentales, y esta responsabilidad alcanza no solo al autor, si no también al editor.
Por consiguiente, pretendemos una plataforma donde imperen la buena educación y el respeto; donde no tengan cabida los insultos, las injurias, las calumnias; ni tampoco las valoraciones personales despectivas, comentarios vulgares o cualquier expresión que pueda herir la sensibilidad de otros lectores, especialmente los menores de edad, tal y como expresamente indica la Constitución.
Por todo ello y pese a que esta plataforma permite mecanismos de moderación, los lectores podrán publicar sus comentarios a los artículos y noticias publicados por el equipo de redacción, sin censura previa alguna y ejerciendo con plena responsabilidad su derecho a la libertad de expresión, que incluye, como no puede ser de otro modo, el derecho a la crítica, incluso a los propios miembros del equipo de redacción.
De igual manera, el equipo de redacción, en el ejercicio de su responsabilidad como editor del medio, eliminará a posteriori todos los comentarios que puedan representar un exceso a los límites al derecho a la libertad de expresión nada más tenga conocimiento de su publicación. Ningún comentario será jamás editado en su contenido, pues esto solo tiene derecho a hacerlo su propio autor; así, cuando un comentario sea eliminado, la redacción publicará otro indicándole las razones de su eliminación, y el autor podrá publicarlo de nuevo subsanando el defecto.
Por último y para el correcto funcionamiento del diario, hemos de dejar bien claro que, pese a la posibilidad de publicar comentarios, éstos constituyen una herramienta de interactuación con los autores, sin que ello deba confundirse con un foro de debate. Así, asumimos la responsabilidad de conducir los comentarios dentro del tema que lo motivan, por ello, los comentarios deberán ser siempre referentes a la noticia o artículo que los produjo.
NORMAS DE PARTICIPACIÓN:
1º.- Todos los comentarios deberán ir firmados por su autor en el propio cuerpo del mensaje, al final, con nombre y apellidos y con D.N.I. ó C.N.
2º.- Los comentarios deberán ser alusivos al artículo o noticia que se comenta, no pudiéndose introducir en ellos elementos nuevos que se aparten del contenido de la noticia o artículo que los originó.
3º.- Los comentarios no podrán incluir contenidos que, de una u otra forma, puedan atentar contra el honor, la intimidad o la imagen de terceros.
4º.- Los comentarios no podrán incluir contenidos que, de una forma u otra, realicen apología o promuevan actividades ilícitas.
5º.- Los comentarios no podrán incluir expresiones vulgares, descalificaciones o manifestaciones que, de cualquier forma, puedan herir la sensibilidad de los lectores, y muy especialmente, a los menores de edad.
6º.- El derecho a la crítica es connatural a “la verdad ornitológica” y forma parte de la libertad de expresión de los lectores. El equipo de redacción también está sujeto a esa crítica y puede ejercerse de manera pública a través de los comentarios, sin perjuicio de lo indicado en los puntos anteriores.
7º.- Los mensajes que no cumplan con los puntos anteriores serán eliminados y la redacción emitirá un comentario dirigido al autor motivando las razones de su eliminación. El autor podrá volver a publicar su comentario una vez subsanado el defecto.
Con esta normativa, en "la verdad ornitológica" no existen los “baneos”, pues no somos quienes para juzgar, ni mucho menos castigar, a personas adultas.
El equipo de redacción.
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