sábado, 9 de julio de 2011

SGAE, UEFO, y viceversa.

Bajo este título, voy a abordar dos asuntos que están de rabiosa actualidad en nuestros días, al objeto de evitar tratarlos en artículos sucesivos.

El primero de estos temas no tiene cariz ornitológico, pero su análisis me invita a la reflexión. Se trata de la controversia generada por la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), una entidad de tradicional y reconocido prestigio que se supone dedica sus fondos a la defensa de los intereses de los autores españoles, y que además recauda por diferentes vías los Derechos de Autor de los mismos. Se trata de una entidad que en los últimos tiempos estaba suscitando antipatías entre ciertos sectores sociales debido precisamente a su celo en el desempeño de sus funciones, con manifiestas intenciones recaudatorias que les han llevado incluso, por poner un ejemplo, a reclamar Derechos de Autor a pequeñas peluquerías por poner música para sus clientes.

Absolutamente nadie cuestionaría la honorabilidad de esta entidad, cuyos directivos gozan por igual de respeto y prestigio social, que han sido elegidos democráticamente por todos los asociados y que anualmente presentan el Estado de Cuentas de la entidad de manera aparentemente intachable. Pero se da la coincidencia de que ciertos sectores de la propia SGAE se manifiestan disidentes con los órganos de gobierno alegando presuntas irregularidades que incluso presentaron ante el Ministerio de Cultura, el cual, según parece, hizo oídos sordos. Pese a las persistentes críticas, el Presidente del Consejo Director, Teddy Bautista, se aferra al cargo y el día 30 de junio del presente año resultó reelegido en el mismo, en un proceso electoral más que cuestionado.

Poco podían sospechar entonces que estaban siendo investigados por la Guardia Civil y la Fiscalía Anticorrupción, y justo el día después de la reelección se ejecutaba la operación “saga”, que concluía con la detención del Presidente, el Sr. Bautista, y ocho directivos más, entre ellos D. José Neri, Presidente de la Sociedad Digital de Autores y Editores (SDAE), entidad dependiente de SGAE; acusados de apropiación indebida, administración fraudulenta, falsificación de documentos y desvío de fondos. Finalmente, la Audiencia Nacional dictó Auto con fecha 4 de julio, imputando a los acusados.

Pese a todas estas actuaciones, incluso a día de hoy el Presidente se niega a dimitir, alegando su derecho a la presunción de inocencia, mientras que su Junta Directiva se ha quedado muda, aunque posteriormente informó de la creación de una Comisión Rectora con poder ejecutivo para decidir el futuro del Presidente, y las repercusiones llegan incluso hasta el Ministerio de Cultura, cuya titular comparecerá en el Congreso para dar explicaciones.

El Auto dictado por la Sala 5ª de la Audiencia Nacional, pone de manifiesto el presunto chanchullo que se tenían montado y la trama empresarial para enmascararlo, pero lo realmente inexplicable es que en una entidad democrática puedan suceder estas cosas y pasar inadvertidas a sus asociados. La respuesta sólo puede obedecer a la conjunción de varios factores, que posiblemente sean comunes en el mundo asociativo.

De un lado, se ponen de manifiesto la negligencia y el desinterés de los asociados por conocer el verdadero fin de su dinero, cosa que normalmente sucede además por la complejidad de los asuntos contables y la dificultad de comprensión de los mismos, máxime si intencionadamente así se realiza su presentación, aportando escasa o desvirtuada información o sin la precisión debida, aun cuando se adornen con una parafernalia de formalidad. La confianza ciega y fiel depositada en los directivos suele nublar el buen juicio de sus acólitos, que aprueban las cuentas por una mera cuestión de dicha confianza. Por contrario, los asociados más críticos y exigentes, que desean estar informados por encima de una cuestión de fe, realizan preguntas y piden explicaciones, siempre incómodas para quien no quiere darlas, generándose así discrepancias y finalmente sufriendo el acoso, de una forma u otra, por parte de los que ejercen el poder.

Por otro lado, se comprueba una complicidad necesaria de otros directivos que encubran y den coartada a las actuaciones presuntamente irregulares, cuando incluso no estén inmersos en ellas.

La reflexión de todo este suceso de hechos y salvando las distancias con nuestra querida FOCDE, es que en las formas se dan exactamente los mismos ingredientes, si bien los fondos puedan ser distintos. El fondo de lo sucedido en SGAE se depurará en un proceso judicial; el fondo de lo sucedido en FOCDE tal vez no se esclarezca nunca, pues tal vez nunca lleguemos a conocer de las verdaderas razones por las que su Presidente se aferra al cargo contra viento y marea, manipulando asambleas y elecciones, mintiendo y ocultando información y privando a la Asamblea, máximo órgano de representación, de cualquier control efectivo sobre el Estado de Cuentas de la entidad, tal y como se narra en el artículo “Auditorias panfleteras”, publicado recientemente en este blog.

Otras siglas emergen en nuestros días reclamando protagonismo, que se corresponden con la definición de Unión Española de Federaciones Ornitológicas (UEFO), pero que en verdad, al menos de momento, no se corresponden más que con una idea, sin que la misma haya sido constituida y por consiguiente, sin que ostente personalidad jurídica; es decir, que no existe, de momento, ninguna entidad tras esas siglas. Lo que sí existe tras esas siglas ideales es un colectivo de asociaciones de Canarias, Galicia y Castilla-León escindidas de FOCDE y que, de momento, desean iniciar una andadura ornitológica independiente y sin adherirse a ninguna otra entidad de las existentes. Como resulta obvio, la primera preocupación de los dirigentes de estas asociaciones es la de poder satisfacer las necesidades de sus propios asociados y por tanto, el poder ofrecerles los servicios más básicos, como el de suministro de anillas, el de jueces y una revista especializada.

Con respecto al servicio de anillas, la pretendida independencia se ve supeditada a una coacción histórica de reconocimiento por parte de una entidad no oficial que monopoliza a nivel mundial nuestra afición, cual es COM, pues sin dicho reconocimiento no se puede participar en el Campeonato del Mundo organizado por esta entidad, y por convencionalismo y por normas contrarias a derecho impuestas por esta entidad, en ningún otro concurso organizado por otras entidades adscritas a COM. Pero hablar de COM es harina de otro costal, y hacerlo sería beatificar a la mismísima FOCDE, y de todos modos, no es el objeto del presente artículo, aunque pueda serlo en el futuro.

Sin embargo y contradiciendo incluso las directrices históricas de COM, los dirigentes de COE, posiblemente más por interés que por convencimiento, han decidido poner fin, al menos parcialmente, a dicho monopolio, al admitir en el Campeonato organizado por referida entidad a aves con anilla de AVIORNIS, que dicho sea de paso y al igual que FOCDE, cuyas anillas también son admitidas, en manera alguna colaboran en la financiación del mismo.

Posiblemente esta sea la razón por la que los dirigentes de UEFO hayan optado por alcanzar un acuerdo con COE para que ésta les suministre anillas, en lugar de negociar dicho suministro directamente con los fabricantes, siendo en tal caso posible que COM-E, cuyos dirigentes son los mismos que los de COE, acceda a no ejercer un ilegítimo monopolio y les asigne un epígrafe COM para sus anillas. Así, UEFO necesita de dicho epígrafe, condicionando una decisión que por tanto no es libre, mientras que COE, valiéndose de esta circunstancia, se beneficia de unos ingresos adicionales por el suministro de dichas anillas. O sea, mercantilismo puro y duro, que, salvo la circunstancia de coacción reseñada, sería legítimo y conveniente en todo caso, y bienvenido si beneficia a ambas partes. Ese mercantilismo es el que siempre he reclamado para FOCDE, porque nuestras entidades deben gestionarse para obtener los mayores beneficios económicos posibles, que luego deben repercutirse en los fines y principios de la entidad, o sea, en el desarrollo de sus actividades; y mientras mayor sea la vocación mercantilista de una asociación, obteniendo fuentes de financiación externas, menor será el esfuerzo económico que tengan que realizar sus propios asociados para su sostenimiento y funcionamiento.

Sin perjuicio de lo expuesto, considero que los dirigentes ornitológicos de este país debieran de trabajar por ajustar a derecho nuestra actividad y por acabar definitivamente con estos monopolios ilegítimos, para que el movimiento asociativo y sus decisiones puedan basarse exclusivamente en principios de voluntariedad y libertad. A este respecto, no es correcto lo afirmado por el Sr. Penzo, con el cual comparto el fondo expresado en sus manifestaciones, de que COM-E sea una filial de COM, porque no es así ni actúa como tal. El término filial se corresponde con un concepto empresarial y no tiene cabida en el mundo asociativo; en todo caso se trataría de una delegación, cosa que tampoco es pues su funcionamiento interno es por completo ajeno al control de COM. Se trata de una entidad independiente, soberana, con personalidad jurídica propia y capacidad de obrar, y cuyos órganos de gobierno son elegidos democráticamente entre sus asociados; es decir, se trata de una asociación de tercer grado, constituida por federaciones y que está adscrita a COM, ostentando en la misma la condición de socio de pleno derecho. Pero la definición del Sr. Penzo, generalmente aceptada por tradición histórica, evidencia que su funcionamiento es otro y que en verdad no es otra cosa que un engendro más de la chapuza ornitológica mundial; y una entidad que se supone debería representar y defender los derechos e intereses de la afición española ante el ente al que está adscrito, en verdad interviene al contrario, como representante de COM ante la ornitología española; y una de dos, o es un órgano de representación asociado a COM, o bien es una delegación de COM; lo que está claro es que no puede ser las dos cosas a la vez, porque ello le hace incurrir en contradicción, no quedando claro a quien se debe, si a la afición española o a COM.

No obstante a lo anterior, la trayectoria de COM-E emprendida por los actuales dirigentes me complace, porque han sabido comprender del derecho a reconocimiento que tienen todas las entidades españolas, con independencia de que pertenezcan o no a COE, tal y como sucede con FEC. Si finalmente se confirma el ingreso de las federaciones UEFO en COM-E sin imposición de antes integrarse en COE, se estará dando un paso adelante gigantesco y sin precedentes en este país en favor de la pluralidad, imprescindible para el buen funcionamiento de la ornitología española. Pero mis miras van mucho más allá, y de continuarse por este camino, COM-E podría terminar abanderando la ansiada y malentendida unidad, que debe concebirse desde el pleno respeto al pluralismo y no bajo una única entidad que ejerza el monopolio; pero además, también podría erigirse en interlocutor válido con el Estado para trabajar por el reconocimiento de nuestra actividad como deporte.

Con respecto a los jueces, no creo que ésta sea una razón de especial preocupación para los dirigentes de UEFO, ya que, posiblemente, cuenten con suficientes expertos entre sus afiliados, a los que simplemente tendrán que expedir un nuevo carné que los reconozca como tales en el seno interno de su organización, único y verdadero valor de dichos carnés, ya que, a efectos oficiales carecen de cualquier otro. Lamentable me resulta la actuación de FOCDE de requerir el carné y la insignia a los jueces que abandonen la entidad; poner calificativos a esta actuación me resulta tan violento que poco puedo añadir a lo ya expresado por otros en los foros, pero que evidencian una normativa enferma, redactada sólo por un inepto que haya vivido en una fantasía, haciendo de FOCDE lo que es, una entidad gobernada por la mezquindad más absoluta.

Por último y considerando la complejidad y dificultad que podría entrañar editar su propia revista especializada, habida cuenta además de que se trata de un colectivo minoritario y con escasos recursos, los dirigentes de UEFO han optado por una solución inteligente y prudente a la vez, como es la de negociar la distribución entre sus asociados de otra revista que ya exista en el mercado, como podía ser, por poner un ejemplo “Ornitología Práctica” o bien “Nuestros Pájaros”. Para ello se habla con los editores de dichas revistas y se elige la que más convenga, y parece ser que la elección ha sido la de la segunda. Estamos ante la misma tesitura expuesta en el caso de las anillas y las reflexiones son exactamente las mismas, por lo que no redundaré en ellas.

En resumen, que por lo publicado hasta ahora en los foros y teniendo en consideración las declaraciones efectuadas en ellos por los dirigentes de uno y otro lado, se deduce que existe un principio de acuerdo basado en una contraprestación de servicios, donde COE suministra dichos servicios y UEFO paga los mismos, aunque tristemente dicho acuerdo esté presidido, como se indica anteriormente, por una coacción de monopolio histórico, y donde, en ningún momento, se produce la integración de UEFO en COE, y consiguientemente, sin que ésta ostente derecho alguno que pudiera corresponderle como asociado. Por mi parte y en principio, no tengo absolutamente nada que objetar, dadas las circunstancias, a un acuerdo que beneficie a ambas partes, y que representa un claro avance y una disposición en el talante de los dirigentes de COE para poner fin a un monopolio histórico e ilegítimo.

Sin embargo y dado que en los foros participa cualquiera que simplemente disponga de conexión a Internet y demostrando que nuestra querida afición está gobernada por la mediocridad, aparecen los predicadores de siempre aportando sus incualificadas opiniones, gratuitas en todo caso, que demuestran su memez mental al evidenciar que son incapaces de comprender algo tan simple como lo expuesto, confundiendo el tocino con la velocidad y generando un clima que dificulta el buen fin del posible acuerdo. Tal vez sea ésta la factura que corresponda al ejercicio del derecho a la libertad de expresión, que por su puesto, en manera alguna se puede coaccionar.

Los dirigentes de COE, tal vez conocedores de esta circunstancia y con motivo de ella, o al menos así lo quiero pensar, han incluido en este principio de acuerdo la condición de que en 2013 UEFO incluya en el Orden del Día de sus asambleas la decisión de integrarse o no en COE; condición que evidentemente no es vinculante, dado que las asambleas son soberanas y decidirán en cualquiera de los sentidos, y que, por consiguiente, se impone a modo de panfleto de cara a la galería y para acallar posibles críticas internas. Y digo esto porque esta condición carece de cualquier otro sentido; ¿qué haría COE si en 2013 las asociaciones de UEFO acuerdan en sus asambleas no integrase en ella?; y si fuera así ¿retiraría COM-E el epígrafe asignado a las entidades UEFO? ¿Romperían el acuerdo de contraprestación de servicios?

Si COM-E retirase el epígrafe a las entidades UEFO por no integrarse en COE se pondría en evidencia el “chantaje” histórico de COM, y que COM-E no sería más que una especie de brazo armado de COE para ejercer ese chantaje; algo inadmisible además, considerando que ya existe otra federación en esa misma circunstancia (FEC) y que se volvería en contra de la credibilidad de ambas entidades. Es algo que no va a suceder. Por otro lado, también carece de sentido que se rompa el acuerdo de contraprestación de servicios si, en definitiva, beneficia a ambas partes.

En mi opinión, el imponer esta condición ha sido un grave error, porque a la postre, lo que genera es confusión y dicha confusión es la que ha dado pie las críticas suscitadas. En definitiva y como se indica anteriormente, el integrarse en COE será siempre dependiente de la voluntariedad de las asociaciones, y ésta puede llegar en cualquier momento o no llegar nunca, y no debería vincularse este hecho a un simple acuerdo de contraprestación de servicios.

Sin embargo, hay algo en lo que, tal vez, algún dirigente de COE haya patinado, al ofrecer gratuitamente la revista “Nuestros Pájaros” a UEFO durante el presente año. Ojo, no seré yo el que se pronuncie en contra y al contrario, considero que se trata de un gesto de generosidad, solidaridad y con ánimo conciliador, tan necesario en nuestros tiempos; pero adolece de una cuestión de formas, tal vez heredada de la cultura de FOCDE a lo largo de su historia, porque, en definitiva y por mucho que cambien las cosas, antes la han vivido en primera persona; y como afirma el Ministro Rubalcaba, en democracia las formas son fundamentales. Como tantas veces he dicho en anteriores artículos, los órganos de gobierno de nuestras entidades carecen de potestad más allá de la gestión de los fondos autorizados y deben ceñirse a los presupuestos aprobados; no pueden recaudar ni disponer alegremente de dichos fondos como si fueran suyos y en el caso que nos ocupa, parece ser que los directivos de COE, al adquirir este principio de acuerdo, están pasando por alto este precepto. Por consiguiente y por una cuestión de formas, no debería de suscribirse ningún tipo de acuerdo firme, sin antes requerir la aprobación de la Asamblea General de la entidad, que debería de convocarse de manera extraordinaria a tal efecto.

Por todo lo expuesto, deseo manifestar que veo con buenos ojos este principio de acuerdo que claramente beneficia a ambas partes, siempre que, por ambas partes, se proceda de conformidad con los procedimientos internos estipulados dentro del marco de un sistema democrático. Pero lo más importante tal vez, es que los dirigentes de este país reflexionen sobra la chapuza que, entre todos, tenemos montada con la organización de nuestra afición, ya no sólo a nivel nacional sino mundial. Debe reflexionarse sobre la organización y función de COM-E, de tal forma que se garantice su independencia y se establezcan límites a sus potestades, de manera que nunca pueda ser empleada por ningún grupo mayoritario para servir de herramienta de coacción o imponer monopolios. Para ello debe antes comprenderse que el asociacionismo debe ser plural, que nuestras organizaciones deben coexistir en los diferentes ámbitos (local, autonómico, nacional o internacional) y que la cooperación y la posible unión, que tan demagógicamente está siendo empleada, deben provenir de la voluntariedad y no de la imposición ni de la coacción. Sólo cuando comprendamos la esencia de estos principios tan simples seremos capaces de desarrollar los mecanismos adecuados para organizarnos sin sufrir periódicamente los problemas que venimos sufriendo, dejando en el ostracismo a aquellos que no sean capaces de hacerlo.

Pero en todo este conglomerado de despropósitos y controversias se introduce un nuevo ingrediente más, y es el posicionamiento del Presidente de FOCDE para obstaculizar este acuerdo, advirtiendo a FOA, según parece, de denunciarla ante la Hacienda Pública si finalmente presta sus servicios a los disidentes de FOCDE. A este respecto quisiera realizar algunas reflexiones.

Ya me resultó vergonzoso en la pasada Asamblea de FOCDE tener que oír de su propia voz y de la de los que le apoyaron, aquello de “el que no esté de acuerdo sabe dónde está la puerta”. Esta actitud es vergonzosa por antidemocrática, porque FOCDE no es suya, y porque es contraria a la LODA, que indica que el funcionamiento de las asociaciones debe realizarse con pleno respeto al pluralismo. Pero estos Sres. ya han demostrado que lo que diga la LODA carece de valor para ellos, ateniéndose exclusivamente a lo que digan los Sagrados Estatutos redactados por el Sr. Jiménez y su palabra, como si de un profeta se tratase. ¿Alguien se imagina al Presidente del Gobierno, tras ganar unas elecciones, diciendo que el que no esté de acuerdo con su elección ya sabe dónde está la puerta, invitando al exilio a los disidentes?

Pues si les enseñaron la puerta y ellos deciden abandonar la entidad, ¿a qué viene ahora el pretender retenerlos en contra de su voluntad o el boicotearlos? Claro que lo que no dijeron, cuando dijeron esto, es que se referían exclusivamente a los directivos disidentes y no a las asociados que representaban; a éstos no se les enseñaba la puerta, éstos debían seguir siendo patrimonio de la empresa, De ahí la carta que el Presidente ha enviado a las asociaciones canarias, cuyo contenido atenta contra la dignidad de los que asistimos a aquella fatídica asamblea, y cuyo objetivo no es otro que minar la credibilidad y prestigio de los directivos canarios, con el propósito de no perder los ingresos procedentes de sus asociados. Y yo me pregunto: ¿acaso los que apoyan al Presidente, personas con las que he compartido mesa y mantel y mantenido multitud de conversaciones, respaldan el contenido de esa carta y los objetivos que se persiguen? ¿Acaso ven lícito pretender el desprestigio de los que antes fueron sus compañeros, por discrepar legítimamente con el funcionamiento de FOCDE? ¿Qué clase de persona es la que pretende el desprestigio de terceros?

Pero la cosa no acaba ahí y el Presidente da un paso más para intentar chantajear a las asociaciones disidentes y evitar que abandonen FOCDE, intentando boicotear por todos los medios que sus dirigentes puedan proveerlos de los servicios que necesitan, al advertir con esta nueva denuncia a FOA ante Hacienda. Y de nuevo yo pregunto a los que apoyan al Presidente: ¿Respaldan también este nuevo chantaje? ¿Respaldan el que estas asociaciones sean coaccionadas para elegir libremente su futuro? Quiero pensar que aún quede en ellos la suficiente sensatez como para responder negativamente a todas estas cuestiones, porque el Presidente de FOCDE ya no puede caer más bajo de lo que ha caído, y sinceramente no creo que los que le apoyan quieran hacerlo también, y sólo existe una forma de evitarlo, y es retirando el apoyo incondicional que le vienen otorgando.

En lo que respecta a esa advertencia de denuncia, ignoro si COE cumple o no con sus obligaciones fiscales, y de hecho, no es asunto mío. Estas actuaciones desesperadas del Presidente de FOCDE lo que revelan es su nerviosismo por la inminente falta de liquidez de la entidad para poder sustentar su funcionamiento y sus actividades, cosa que es de su exclusiva responsabilidad y de los que le apoyaron, cuando se le advirtió que debía de promover el consenso en lugar de imponer por cojones su santa voluntad. Este es el resultado de una gestión incompetente y de un talante antidemocrático; este es el resultado de amañar una asamblea y de un fraude electoral, lo que falta por descubrir son las verdaderas razones que motivaron dichas actuaciones.

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