lunes, 13 de junio de 2011

Auditorias panfleteras

Resulta cuanto menos sorprendente que en el transcurso de una asamblea de una entidad, el punto del Orden del Día referente al Estado de Cuentas, que debe incluir el Balance del ejercicio anterior, el Presupuesto para el siguiente y el Estado Patrimonial al cierre del ejercicio, sea un punto rutinario al que muy pocos presten atención, y que se apruebe sin apenas realizar consulta alguna, e incluso increpando a los que las realizan; máxime cuando como en el caso de FOCDE, la cuentas resulten turbias de principio a fin, y máxime cuando los presentes intervienen en representación de sus asociados. Esta conducta no es sino el máximo exponente de la irresponsabilidad y la negligencia por parte de estos dirigentes, cuya primera obligación es velar por el buen fin del dinero que sus asociados han aportado al colectivo.

Aun cuando no soy experto en finanzas ni mucho menos en contabilidad, sí me enseñaron de pequeño a sumar, restar, multiplicar y dividir; y en verdad poco más se necesita, salvo una buena dosis de sentido común, para comprender cómo deben plasmarse las cuentas de una entidad, y para comprender que no es precisamente como se viene haciendo en FOCDE, porque el resultado final es que a la postre nadie se entera de nada; aunque tal vez sea esto lo que se persiga. Así es como vengo observando a lo largo de las últimas asambleas determinados vicios que persisten y son redundantes en la presentación del Estado de Cuentas de FOCDE, y que a continuación vamos a detallar.

Comenzaremos por los conceptos; y dentro de esos conceptos lo primero que debemos comprender es que el órgano de gobierno, en el caso de FOCDE, el Comité Ejecutivo, tiene la función de ejecutar los acuerdos asamblearios y de representar a la entidad, pero sometido a las voluntades de los asociados. Su función administrativa es la de gestionar unos fondos que son comunes y aportados por los asociados, y son los asociados los que deben decidir dónde y en qué manera se emplean esos fondos. En este concepto entran en juego los Presupuestos del ejercicio siguiente.

Los Presupuestos para el ejercicio siguiente deben ser elaborados por el órgano de gobierno, ajustándolos a los datos de que se dispone y en base a las expectativas reales de futuro de la entidad. Deben comprender de un lado, la previsión de ingresos; y de otro, la previsión de gastos. Si bien, la previsión de ingresos puede ser especulativa pues va a depender de multitud de factores que a priori pueden ser imprevisibles, éstos deben obedecer a unas expectativas reales que acoten en lo posible dicha imprevisión. Por contrario, la previsión de gastos es mucho más previsible, pues no es otra cosa que prever los conceptos en los que va a gastarse el dinero y éstos no deben alterarse a lo largo del ejercicio, aplicando únicamente en ellos el coste de cada uno de los conceptos, incluyendo la posibilidad de la alteración de los precios a lo largo del ejercicio, que como se hace en cualquier entidad, toma como referencia el I.P.C. (Índice de Precios al Consumo).

No obstante, la idea que debe quedar clara es que cuando votamos los presupuestos de una entidad, lo que estamos haciendo es autorizar al órgano de gobierno, tanto a recaudar unos fondos en base a conceptos concretos, y no otros; como a gastar esos mismos fondos en base a conceptos concretos, y no otros; fondos que en definitiva son propiedad de los asociados y no del órgano de representación. Tal vez lo comprendamos mejor con ejemplos. Si en los presupuestos consta que se van a recaudar unos fondos por concepto de venta de anillas a un precio de 0,4 €/udad., el órgano de gobierno está autorizado para ello, pero no puede incrementar ese precio bajo ningún pretexto. De otro lado, si en la previsión de gastos no se contempla la compra de jaulas, en manera alguna el órgano de gobierno está autorizado para efectuarla.

Se trata por tanto de un mecanismo de control por parte de la Asamblea hacia el órgano de gobierno, que en el caso de FOCDE y por negligencia de nuestros representantes, se convierte año tras año en una pantomima. La pantomima llega a tal extremo, que de hecho, nunca se aprueban los presupuestos para el ejercicio siguiente, sino para el que está en curso; así en mayo de 2011 fueron aprobados los presupuestos correspondientes al ejercicio de 2011; o sea, que todo el dinero recaudado y gastado por el Comité Ejecutivo, desde enero hasta mayo, fue de manera no autorizada. Todo ello contraviniendo ya no sólo el sentido común, también el artº. 73.1.2 del R.R.I.

Por contrapartida, el Balance del ejercicio anterior es el mecanismo por el que el órgano de gobierno rinde cuentas y da explicaciones a la Asamblea de la manera en que se gestionaron los fondos de ese ejercicio, que debe ser acorde con lo aprobado en los presupuestos para ese ejercicio. Así por ejemplo, si en el presupuesto del ejercicio se contemplaban 20.000 € en concepto de salarios del administrativo, el Comité Ejecutivo no puede contratar un segundo administrativo que incremente de manera no autorizada esa partida presupuestaria; cosa distinta es que por cualquier razón no prevista ese salario se vea incrementado por encima de la previsión del I.P.C.

En todo caso, el Balance debe ofrecer una imagen fiel y precisa de los gastos de la entidad a lo largo del ejercicio, con partidas concretas, aunque éstas sean agrupadas en capítulos concordantes que ayuden a extraer conclusiones generales, como puedan ser, por ejemplo, todas las partidas de gastos comprendidas en la organización del Campeonato de España, ofreciendo así una visión global a los asociados de los verdaderos costes del mismo. En este sentido, la precisión de los conceptos debe incluso ir avalada de la disponibilidad de presentar en el acto los propios justificantes de pago que las acrediten, ante cualquier duda que pueda surgir.

Pero en FOCDE no es ni parecido, y tal y como se realiza el Balance del año, sin la precisión requerida anteriormente, el Comité Ejecutivo ya no solo se toma atribuciones en gastos no autorizados previamente, sino que además enmascara en partidas generales aquellos gastos que no quiere que sean de conocimiento general, llegando así a ocultar información a los propios asociados. Así, inadmisiblemente, el año pasado se presentaba un concepto calificado como “gastos varios”, por un importe de más de 22.000 €, que enmascaraban, entre otros, el gasto de 6.000 € correspondiente a la Fundación Talavera-ferial, del cual los asociados ni tenían conocimiento ni mucho menos lo habían autorizado, claro ejemplo de cómo FOCDE se gobierna. La razón de ocultar este hecho es que previamente se anunció que la sede de Talavera no implicaría ningún gasto para FOCDE, tal y como yo mismo informé en la reunión de Junta Directiva de 2009, circunstancia que cambió tras un error cometido por el propio Presidente. Con independencia de la relevancia de este asunto, que la tiene, lo realmente grave es que se presente una partida de 22.000 € sin justificar y que nuestros representantes no objeten absolutamente nada.

Otra cuestión a este respecto es el propio planteamiento en sí, ya que en FOCDE, el Comité Ejecutivo (o séase, el Presidente), se limita a informar sobre el Balance y sus conceptos, pero no a acreditar el mismo. Por ejemplo, en la pasada Asamblea el Presidente nos da la cifra de 252.000 € ingresados por concepto de anillas correspondiente a 2010, frente a los 302.000 correspondientes a 2009; y sin embargo nos aclara en informe aparte que se vendieron más anillas en 2010 que en 2009, añadiendo que el desfase obedece a no incluir en la cifra de 2010 las anillas correspondientes a 3ª y 4ª convocatoria (menuda chapuza). De este modo, no se puede obtener en manera alguna una imagen fiel del resultado del ejercicio ni de la evolución de la entidad. Pero para más inri, uno de los asistentes, el Sr Durán, indica que los datos ofrecidos por el Presidente no se corresponden con los datos que él tiene de Galicia, afirmando disponer de la documentación que lo acredita, dado que él es Intendente de anillas de la federación gallega. El Presidente sorprendido alega la posible comisión de un error.

¿Pero puede cometerse un error contable, cuando la contabilidad en sí requiere el que los números cuadren siempre? ¿Cuántos errores más se han cometido? ¿Será el informe del Presidente sobre consumo de anillas veraz? La respuesta a estas y otras cuestiones se solventarían si en el acto se acreditase el documento de pago.

Pero existe otro indicio en favor de la incertidumbre sobre los ingresos reales obtenidos por la distribución de anillas, y es que las expectativas del Presidente sobre los ingresos atípicos aprobados en el año anterior sobre la distribución de la revista Pájaros han estado muy lejos de sus previsiones. En efecto, el Presidente estimó en 20.000 € los ingresos correspondientes a los 6 € adicionales de aquellos criadores que no consumieran al menos 80 anillas, pero según sus propios datos, dichos ingresos no han sido más que de 5.500 €. Ante este dato sólo existen dos explicaciones posibles, o bien los criadores han optado por consumir las 80 anillas requeridas, en cuyo caso se vería incrementada la venta de anillas en más de 75.000 unidades; o por el contrario, se han desentendido de la revista. Dado que el incremento en la venta de anillas, incluso considerando ciertos los datos aportados por el Presidente, no reflejan ese incremento de anillas, la deducción no puede ser otra que la de una pérdida cuantiosa en el número de ejemplares distribuidos realmente de la revista Pájaros, con independencia de que se sigan editando los mismos.

Otra gran laguna detectada en el Balance de este año, corresponde con la ausencia de los gastos generados por el alquiler de jaulas a la empresa Jausticab para la celebración del Campeonato de España, cuyo importe no consta en el mismo; sin embargo, se alega por parte del Presidente que dicho gasto no ha sido devengado, pero que fue incluido en el Estado Patrimonial bajo el concepto de “Anticipos a proveedores”, por valor de 26.000 €. Lo cierto, es que esa cantidad fue abonada y no consta en el Balance, mientras que otra cantidad, la de 6.400 €, correspondiente al importe a abonar a la Fundación Talavera-ferial, consta tanto en el Estado Patrimonial como no abonada y por igual consta en el Balance cuando como se indica, no fue abonada. La conclusión no puede ser otra que en el Balance se oculta esa cantidad al objeto de no reflejar fielmente las verdaderas cifras del Campeonato de España así como del propio ejercicio, con lo que finalmente ambos resultados resultarían escandalosos, admitiendo pérdidas en el mismo. A lo que el Presidente argumenta que tampoco están incluidos los ingresos cuestionables y no aportados, correspondientes a las 3ª y 4ª convocatorias de anillas. O sea, todo un galimatías de cifras que, en definitiva, no aportan fidelidad al resultado del ejercicio.

Si bien ya hemos analizado lo que es y en qué consiste el Presupuesto del siguiente ejercicio, y hemos hecho lo mismo con el Balance anual, ahora toca el turno a otro concepto, ya que en verdad ninguno de ellos tiene por objeto el reflejar fielmente la situación real de la entidad, pues ésta no es el resultado de un ejercicio concreto, sino el resultado de la sucesión de los mismos. Esa circunstancia es la que debe constar fielmente en el Estado Patrimonial.

El Estado Patrimonial debe reflejar fielmente el patrimonio de la entidad acumulado a lo largo de su historia, tanto en bienes como en efectivo. Dicho patrimonio, como se indica, consta de un conjunto de bienes adquiridos por la entidad a lo largo de los años, que deben estar inventariados y valorados; pero de otro lado, también incluye el dinero en efectivo o en cuentas bancarias acumulado, que debe ser el resultado de la suma de los saldos de los sucesivos ejercicios. El importe resultante debe cuadrar al céntimo con la tesorería real de la entidad, y eso será aval de que todo está bien hecho y justificado. Así, si una entidad acumula a lo largo de los años resultados positivos en los balances de los sucesivos ejercicios, al cabo de los años la entidad debería gozar de una situación financiera, en dinero contante y sonante, más que saludable.

Pero no es así como se presenta en FOCDE el Estado Patrimonial, ya que se ignora el concepto de los saldos arrastrados o acumulados de los ejercicios anteriores, no teniendo con ello nunca constancia los asociados del verdadero fin de esos fondos.

A este respecto y ante la Asamblea de FOCDE, interrogué con precisión al auditor de cuentas hasta acotar sucesivamente sus respuestas:

Pregunta.- Usted dice en su informe que en las cuentas corrientes de distintas entidades bancarias, a fecha 31 de diciembre de 2010, existen unos saldos. ¿Usted acredita que es lo que hay, o que es lo que debe haber?

Respuesta.- No, yo acredito que es lo que hay.

Pregunta.- ¿Debo entender que su empresa no investiga que sea ese el dinero que debe de haber, fruto de la contabilidad de FOCDE?

Respuesta.- No, no investigamos la gestión de los fondos, sino que constatamos la existencia de los mismos.

Pregunta.- Dado que en su informe no consta el arrastre de los saldos de ejercicios anteriores y se limita a constatar los fondos en sí, sin investigar la gestión de los mismos, ¿entonces usted no puede certificar el que nadie haya medido la mano en la caja?

Respuesta.- No. El servicio contratado por FOCDE es una auditoria limitada, cuyo fin es constatar la documentación contable de la entidad y constatar lo que hay. Por lo que usted pregunta es por otro servicio distinto al contratado, usted pregunta por una auditoria de gestión.

Ante las respuestas del auditor se hizo el silencio en la sala, tan sólo interrumpido por el Sr Mallén, quien me increpó afirmando que sólo estaba preguntando tonterías; es decir, que al referido Sr. le parecen tonterías el hecho de que quiera saber por el fin del dinero aportado por los asociados a que represento. No deja de resultar inaudito, aunque a estas alturas ya no resulte nada sorprendente, el hecho de que nadie se hiciera eco de las respuestas del auditor, pese a su importancia, cuya conclusión no puede ser otra que el servicio contratado por el Presidente de FOCDE no sea más que un panfleto, que acredita lo que acredita, pero que no acredita en absoluto la gestión y el fin de los fondos administrados, y que tras la derogación de la figura del Interventor de cuentas, a propuesta de él, la Asamblea carece en la actualidad de ningún mecanismo de control sobre la verdadera gestión de los fondos de la entidad, siendo éste un derecho, al parecer, exclusivamente suyo.

En resumen, que con los insuficientes datos aportados y mucho menos acreditados, con unas cuentas que ocultan información y que de transparentes tienen lo mismo que un lodazal, lo único que podemos hacer para analizar a situación de FOCDE son cábalas, y admitir al final que el círculo pueda ser cuadrado, aunque inadmisiblemente resulten siempre aprobadas. Como algunos dicen, las cuentas de FOCDE son una mera cuestión de fe, una fe que se profesa en alguien que viene demostrando que es capaz de cualquier cosa con tal de mantenerse en el poder.

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