jueves, 22 de abril de 2010

Manejos, la sección.

     Mi nombre es Oriolus, en honor de Oriolus oriolus, comúnmente conocido como “oropéndola”, un ave espectacular que alegra nuestros bosques cada primavera con su porte, su color y su canto.

     Cuando me propusieron hacerme cargo de la sección “manejos” en “la verdad ornitológica”, me cuestioné si realmente era yo la persona adecuada, pues conducir esta sección representa una gran responsabilidad para con los lectores, principalmente aficionados a la cría en cautividad de aves domésticas y exóticas, entre los cuales, sin duda existen grandes expertos. Mi egoísmo personal, lo admito, nunca me ha animado a disertar, pues para quien solo quiere enriquecerse en conocimientos, siempre resulta más provechoso leer que escribir, escuchar que hablar, rodearse de expertos que de principiantes. Dado que he asumido este nuevo desafío, deberé cambiar esa posición de egoísmo por el de la generosidad, e intentaré ofreceros lo mejor de mí, compartiendo los escasos conocimientos que he podido acumular en el desarrollo de mi gran pasión, las aves, en aras de exponeros una visión global de la cría en cautividad, desde la perspectiva de quien se siente un eterno aprendiz.

     Cuando tratamos con diferentes especies de aves hemos de tener siempre presente que son el resultado de un proceso evolutivo de miles de años. Ese proceso es el que las ha llevado a ser como son, unos ejemplares perfectamente adaptados a su medio y ajustados a su sitio exacto en la pirámide trófica. Ello conlleva que tengan unos requerimientos más concretos cuanto más especialista sea la especie. El satisfacer esos requerimientos es la clave fundamental para el éxito de su reproducción en cautividad o ex situ (fuera de su sitio).

     Lógicamente, la reproducción de aves ex situ representa introducirlas en un nuevo hábitat muy distinto al que les es propio, donde las circunstancias no concurren como lo harían en la Naturaleza, si no de manera controlada por nosotros. Su adaptación a ese nuevo medio dependerá precisamente de nuestras actuaciones, con las cuales deberemos satisfacer todas sus necesidades. Esas actuaciones son conocidas en el ámbito ornitológico especializado como “manejos”. Así pues, entenderemos como manejos, el conjunto de actuaciones realizadas por el criador con el propósito de lograr mantener y reproducir ex situ diferentes especies de aves.

     Obviamente, los manejos son más exigentes cuanto más especializada sea la especie de que se trate, no presenta la misma dificultad reproducir domésticos canarios que tucanes o colibríes. Sin embargo comenzaremos la sección de una manera muy generalizada, sin referirnos concretamente a especie alguna, si no estableciendo unas premisas previas, válidas para cualquier especie, abordando problemas comunes que suelen presentarse en cualquier ámbito.

     En cierta ocasión, en una conferencia, un buen amigo, al que considero uno de los mayores expertos del mundo en aves, vino a decir que la mejor manera de aprender sobre aves era saliendo al campo, armado con unos buenos prismáticos y un sencillo cuaderno, apostarse camuflado en un tocón cualquiera y dejar pasar el tiempo,…observando y anotando. Tras muchos días, meses y años, de salidas al campo y tomar anotaciones, uno va adquiriendo unos conocimientos que, en el futuro, nos van a ayudar a interpretar con mayor precisión los signos que nos envíen nuestras aves, y que, ante ojos neófitos, pasarían inadvertidos. Desafortunadamente y es uno de los grandes inconvenientes de los sistemas ex situ, es in situ donde las aves van a desplegar sus verdaderos comportamientos y a revelar una valiosa información sobre su hábitos y necesidades, aplicables luego en nuestros sistemas de cría y decisivos para nuestro éxito. En definitiva, cuanto más sepamos de la vida de las aves en su medio natural, más posibilidades de éxito tendremos en nuestros criaderos.

     Actualmente, los programas de reproducción ex situ más ambiciosos cuentan con medios y conocimientos inimaginables décadas atrás, y tal vez eso haya sido posible porque exista un consenso científico sobre la necesidad de intercambiarlos, de relacionarse, de aprender unos de otros. De ahí la proliferación de Congresos especializados como marco idóneo para tal fin.

     Tal vez, la canaricultura, o generalizando un poco más, la ornitología deportiva, tenga un suspenso en esta materia, más preocupada por otros menesteres relacionados con la propia competición, pero resultando anecdótica cualquier actividad encaminada a la formación y educación de los criadores como tales, donde se impartan conocimientos encaminados a comprender a estos bellos animales y sus necesidades, tanto fisiológicas como etológicas, dando como resultado unas prácticas de manejo absolutamente desaconsejadas y que, en ocasiones, son contrarias incluso con el trato que merecen como seres vivos que sienten y sufren.

     A lo largo de esta sección que hoy empieza, iremos desarrollando diversos aspectos que, probablemente, puedan ayudar a los criadores, especialmente a lo menos expertos, a evitar problemas que suelen ser recurrentes y cuya solución pasa simplemente por tratar a las aves como lo que son: animales programados genéticamente para perpetuar la especie, y a poco que les ayudemos, nos colmarán de satisfacciones.

2 comentarios:

  1. El artículo me parece magnífico, enhorabuena Oriolus.Me alegra mucho la creación de ésta sección,para los que queremos aprender a tratar a nuestras aves con el respeto que ellas se merecen.Sigue adelante y comparte con nosotros tus conocimientos todos te lo vamos a agradecer.Animo.

    Un saludo.

    Magdalena de los Rios Almeida CN-ER035

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  2. Muy de acuerdo estoy con tu exposición, sobre todo en lo que comentas sobre ornitología deportiva.
    Saludos y suerte.

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