jueves, 29 de abril de 2010

El día después

En nuestra sociedad, en multitud de ocasiones somos testigos de cómo es el propio periodista el que se convierte en noticia, cuando lo normal es que éste pase desapercibido. La mayoría de las veces esto sucede por motivo de alguna anécdota sin mayor importancia; pero en otras ocasiones, el periodista es noticia por sufrir el ataque de los propios poderes, llevándolo a los titulares. En estos casos, los poderes lo que persiguen es acallar a ese periodista, o cuanto menos minar su credibilidad. No es si no otra forma más de censura y de intentar controlar la información.

En el día de ayer, la noticia que recorría todos los foros era yo mismo y mi regreso a la escena pública. No puedo por menos que sentirme halagado por el hecho de que los líderes de las principales organizaciones salieran a la palestra para expresar sus opiniones, otorgándome una importancia que no creo merecer, y sólo pensar que otros llevan varios meses esperando explicaciones, sin obtener respuesta alguna, me colma de satisfacción. Sería muy ingrato por mi parte no agradecer públicamente ese inmerecido reconocimiento y la campaña de publicidad gratuita que han realizado de este medio, pues en a penas unos días, ya hemos superado las 2.000 visitas.

En general, las críticas de los aficionados vertidas hacia este medio y sus contenidos han sido muy satisfactorias, algunas incluso gratamente sorprendentes, y a ellos les prometemos seguir esforzándonos por mantener nuestra línea editorial y no apartarnos de ella. Pero en cambio, los líderes se han manifestado de manera muy distinta, impropia de la altura que de sus cargos se espera, cayendo en juicios hacia mi persona encaminados a minar mi credibilidad ante los lectores. La pregunta es ¿por qué de tanto nerviosismo?

La respuesta, tal vez haya que buscarla en mi anterior trayectoria de intervenciones en los foros, al hecho de que sepan que soy persona que maneja mucha información, y al hecho de que esta vez, nadie podrá ponerme bozal como hicieron en el pasado.

En mi anterior trayectoria siempre me expresé con la mayor de las prudencias, pero firme en mis principios, con honestidad y amparado por la veracidad, razones por las cuales, y por mucho que les pese, ninguno de ellos pudo nunca acallarme.

Manejo mucha información por que, al contrario de lo que se pretende vender, puedo presumir de tener muchos y muy buenos amigos por toda España y en las dos Españas, y que confían plenamente en mí por que saben que jamás revelo mis fuentes.

Y esta vez no podrán ponerme bozal por que nadie podrá expulsarme de este medio, como antes hicieron por revelarme contra la coacción a la libertad de expresión, y por lo cual fui vergonzosamente expulsado de dos foros. En el primero de ellos por denunciar públicamente el caso Gázquez, un rumor según los administradores, y el tiempo vino a darme la razón. Curiosamente, a las pocas semanas era el propio dueño del foro el que difundía intencionadamente el rumor de que el Campeonato de España de Gibraleón se había suspendido, pero dicho por él no era un rumor, claro. En el segundo fue por cuestionar una normativa que establecía censura previa, a la que me opuse frontalmente y donde yo mismo anuncié que sería expulsado, por que sabía que solo era una excusa para encubrir los verdaderos motivos (tal vez algún día escriba sobre ello y sobre algún que otro “pardillo” cantor). En ninguno de ellos jamás insulté a nadie, mientras que por contrario, sufría las iras en manada de unos y de otros, por que lo que decía no convenía a sus intereses.

Descarto contestar a todas y a cada una de las declaraciones que se han hecho en los foros, por que la inmensa mayoría de ellas son simples juicios a mi persona que no merecen respuesta. Pero de entre todas voy a reseñar una en concreto por su relevancia, la del presidente de FOA y de COM-E, el Sr. Penzo, destacando algunos de sus párrafos:

“Sin embargo, creo que se encontrará con un filtro de censura difícil de franquear porque a pesar de lo pomposo del título del blog, el señor Cuenca tiene fortísimos intereses en Focde por lo que es verdaderamente difícil manifestarse verazmente cuando no es posible hacerlo con imparcialidad”.

Para conocimiento del Sr. Penzo y de todos los lectores, ya hemos dado una lección de cómo se tratan en este medio las noticias: con absoluta asepsia, ceñidas a los hechos y sin emitir opinión alguna; las editoriales son consensuadas por todo el equipo; y los artículos de opinión expresan la libre opinión de su autor, llegando incluso a existir manifiestas discrepancias entre ellos, como lo prueban los dos artículos versados sobre la famosa “editorial” de FOCDE. Existe en este medio tanta censura que, a diferencia de los foros, nosotros aceptamos las críticas incluso en público, por medio de los comentarios. Las normas de participación son otra prueba de dicha censura, y que en nada se parecen a las normas de los foros.

De otro lado, con respecto a mis supuestos intereses, contestaré en un párrafo posterior para no ser redundante.

“… no creo que el Sr. Cuenca esté pensando en Presidir la Focde cuando parece ser que se ha ganado tantos enemigos dentro de ella”.

Efectivamente y ya lo he demostrado sobradamente, no tengo aspiración de ostentar más cargo que el que ya ostento como presidente de asociación. Lo que ya no es tan acertado, es la cuantificación que hace de mis enemigos dentro de FOCDE, ya que éstos están muy localizados, y dicho sea de paso, carecen de la potestad de poder ofenderme.

“Nunca he entendido que un profesional en la organización de eventos y con claros intereses económicos que giran alrededor de su afición por las aves, se meta tan a fondo en temas federativos que sólo puede ganarle enemigos y en consecuencia restarle clientes”.

Resulta incomprensible que una persona de la inteligencia del Sr. Penzo no alcance a comprender esto, por que la respuesta es muy fácil y sólo tiene dos posibles opciones: o soy idiota, o tal vez anteponga mis principios a unos supuestos intereses, que dicho sea de paso, tienen poco de interesantes, salvo la oportunidad que me ofrecen para promover multitud de cambios que ya eran necesarios.

A este respecto, tal vez le ayude a aclararse el hecho de que he sido el único, que ha tenido lo que hay que tener, para impugnar a la Junta Directiva de FOCDE. (Véase http://www.ancep.es/).

Ciertamente, estas desafortunadas declaraciones del Sr. Penzo me han decepcionado y mucho, por que me esperaba otra cosa de él; por que su talante es bien diferente del de su predecesor, y espero y deseo que siga en esa misma actitud que le diferencia.

“La verdad ornitológica” seguirá su curso previsto, con la línea editorial que nos hemos marcado, sin deseos de recrudecer viejas guerras, si no al contrario, con talante conciliador; y si alguien debe ponerse nervioso será aquel que, en el ejercicio de sus funciones, tenga algo que ocultar, por que aquí no nos va a temblar el pulso a la hora de denunciarlo, como ya hemos hecho en los pocos artículos que llevamos publicados, sea del lado que sea.

Tampoco vamos a entrar en la dinámica de contestar desde aquí a los foros; bajo ningún concepto queremos desviarnos de nuestra línea editorial manchando este medio con ellos.

“La verdad ornitológica” se debe única y exclusivamente a sus propios lectores, aficionados de base de uno y otro lado que se merecen todo nuestro respeto, y que tendrán aquí la oportunidad de informarse y de expresarse de manera serena y sin los métodos de censura impuestos, de una forma u otra, en otros sitios.

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