viernes, 29 de abril de 2011

Pintar la mona

Ya he confesado en reiteradas ocasiones mi hastío personal por lo que para mí es el detestable mundo de la politicucha ornitológica, en el que no tengo más pretensión que pasar cuanto antes al ostracismo, pero no sin antes dejar al aire la verdad que alguno bien califica de escatológica. Ese hastío es precisamente el que me ha hecho perder la ilusión por todo esto, y el que también me ha vuelto perezoso a la hora de escribir para denunciar cuanto de escatológico tiene esa verdad.

También confieso que, a estas alturas, poco o ningún interés me suscitan los hechos que se sucedan en COE, dedicando todo mi interés a los graves problemas que se suscitan en FOCDE, aún cuando en COE tampoco están exentos de aspectos oscuros que bien merecerían un artículo crítico.

Pero no puedo abstraerme de la realidad y debo priorizar sobre los últimos acontecimientos y las declaraciones que vienen realizando algunos de los dirigentes de FOCDE, tal vez una premonición de que el Presidente pueda perder el control de la entidad, si es que no lo ha perdido ya.

Hoy FOCDE adolece de dos graves problemas; que, aunque ambos tengan una causa común, cual es el talante antidemocrático del Presidente y sus constantes abusos de poder, así como unos Estatutos aberrantes desde cualquier punto de vista; son también diferentes entre sí. El primero de esos problemas lo provoca una asociación, ANCEP, que no está dispuesta a consentirlo por más tiempo y que se ampara en la razón y en la legalidad, en un sistema antidemocrático donde el resto de las asociaciones son privadas de información y se ven abocadas obligatoriamente a delegar sus votos en blanco en sus respectivos presidentes regionales, siendo éstos los que, en definitiva, tienen el verdadero control de la asamblea, por lo que este órgano, que debería ser soberano, se convierte en una pantomima que se limita a ratificar lo acordado previamente por ellos en Junta Directiva, y donde a su vez, éstos son manipulados por el Presidente con pillerías varias, como se viene denunciando reiteradamente en este blog.

El segundo de esos problemas emerge cuando los presidentes regionales, que hasta ahora han sido conniventes con el Presidente de FOCDE, tal vez porque ellos mismos gobiernen igual sus respectivas federaciones y se hayan visto siempre favorecidos por los privilegios del régimen, ahora comprueben como un puñado de asociaciones gallegas, reivindicando un derecho legítimo, lograban que el Presidente, por un exclusivo interés económico, estuviera dispuesto a ningunearlos a ellos mismos. El resultado, se está viendo ahora, es que FOCDE ha estado siempre mal configurada, en un sistema en el que, siendo sus verdaderos dueños las asociaciones, todo el poder recaía sobre los presidentes regionales, capaces que actuar por su propia cuenta en cualquier momento.

Cree el Presidente que el primero de los problemas lo resolverá simplemente expulsando a dicha asociación, convirtiéndose este asunto en prioritario. Pero si bien antes no sufrió temblores para expulsar a federaciones enteras y poderosas, con esta asociación no se ha atrevido a hacerlo en Junta Directiva, pretendiendo diluir cualquier responsabilidad en la Asamblea General. Tampoco se solventará el problema cuando la Asamblea, que como se indica anteriormente es una pantomima controlada por la propia Junta Directiva, acuerde la expulsión de dicha asociación, porque a la postre, lo que se cuestiona en el fondo, es la legitimidad de los propios estatutos de FOCDE, y será un juez quien al final tenga que decidir al respecto, en un procedimiento que sin duda se resolverá dentro del mandato del próximo presidente de FOCDE, que no es otro que el que todos ya sabemos. Sin duda que ANCEP será expulsada de FOCDE, porque lo que defiende no es lo mismo que defienden los presidentes regionales, y aun cuando éstos sean conscientes de dónde reside la razón, antepondrán a ésta sus propios intereses personales. Pero las consecuencias llegarán sin duda y antes de lo deseado, y ya veremos el alcance de las mismas.

Sin embargo, el segundo de los problemas me preocupa aún más, porque puede representar la desintegración inminente de FOCDE, y en tal caso, ya no habrá ni siquiera estatutos que reformar. Las declaraciones de algunos de los dirigentes de FOCDE transpiran sedición y comienzan a anteponer los propios intereses de las federaciones regionales al interés de mantener la unidad en una federación nacional. Algunos, ahora que se ven ninguneados por aquel a quien antes defendieron, cambian el discurso que mantuvieron en el pasado e incurren en aquello que justo antes criticaron. Posiblemente no todos estén de acuerdo con cuanto se viene diciendo o proponiendo, y eso sin duda, generará aún más división interna.

La cuestión es que el mal estar general causado por las actitudes del Presidente de FOCDE, se está traduciendo en que los presidentes regionales empiecen a pensar por sí mismos, en un momento además en el que mantener la unión es imprescindible para subsistir.

Ya vengo anunciando desde hace algún tiempo de la delicada situación del momento, en el que algunas federaciones se plantean su independencia real y adscribirse directamente a COM, arrastrando con ellas a sus asociaciones y desmembrando aún más a FOCDE. Y son precisamente aquellas federaciones donde emergen nuevos dirigentes, ávidos de protagonismo, y que en algún momento nos hicieron albergar la esperanza de cambios, y que sin embargo actúan en reivindicación de su propia parcelita de poder dentro de la ornitología nacional.

Este panorama no pasa inadvertido a los dirigentes de COE, siempre expectantes ante la situación, y el Sr. Díaz, “perro viejo” en estas lides, conoce perfectamente el viejo refrán de “a río revuelto, ganancia de pescadores”, y no duda un instante en tirarse al antes charcal para lanzar su cebo, y a buen seguro que algún pez picará.

Henchido por las vanaglorias recibidas, se erige en “salvador de la patria” aquel que acertadamente llaman el “tapado”, porque por mucho que lo disimule, sus pretensiones son manifiestas. El tapado, que no es otro que el Sr. López Casas, descubre por fin, ahora que alcanzó el ilustre cargo de presidente regional, que el modelo a seguir es el confederacional y lo que describe en su proyecto no es otra cosa que la actual COE.

Afirma el Sr. López además, que otras federaciones, y da los nombres de las mismas, respaldan su proyecto. Y la primera duda que me surge ante esto, dando por supuesto que fuera cierto, sería: ¿a quien se encomendaron esos presidentes regionales para tal decisión? Aún recuerdo como durante el proceso de ruptura, los dirigentes de COE hacían público que contarían con no sé cuántas federaciones, como la extremeña, la canaria, la aragonesa, etc. que se unirían a sus filas, y recuerdo cómo los presidentes de las mismas fueron criticados por no tener en consideración siquiera, el consultar a sus propias asociaciones. ¿Pero qué estamos haciendo ahora? ¿Pero es que acaso los presidentes regionales se han vuelto locos, si es que fueron cuerdos alguna vez?

Pero el Sr. López, sin encomendarse a nadie, incluso se atreve a proponer y organizar una macro reunión con el cometido de fusionar a las dos entidades, FOCDE y COE, a cuyo hijo ya incluso pone el nombre de COCDE. Al final, el que se volverá loco con tanta barbaridad seré yo mismo, pues no comprendo absolutamente nada, ya que resulta que en la pasada reunión de Junta Directiva de FOCDE, donde el novato se bautizaba, ya propuso a sus compañeros unificar servicios con COE, y todas y cada una de sus propuestas fueron rechazadas por sus propios compañeros; y resulta que ahora, esos mismos compañeros respaldan, nada más y nada menos, que la fusión. ¡Vivir para ver! Sólo puedo explicarme todo esto bajo la premisa de que a alguien se le ha subido el carguito a la cabeza hasta perder por completo la pinza.

Vamos a ver si somos capaces de poner las cosas en su sitio y aportar un poco de cordura al asunto. Si se trata, como se ha dicho, de fusionar FOCDE y COE, son estas entidades las que previamente tienen que decidirlo. En el caso de FOCDE, esta decisión debe ser tomada por su Asamblea General, y en caso de aprobarse, el único legitimado para representarla es su representante legal, que no es otro que el Presidente de la entidad. Estamos de acuerdo ¿verdad?

Pero si lo que se pretende es que las federaciones regionales intervengan de manera individual y soberana, a lo cual tienen derecho, entonces son estas entidades las que deberán resolverlo igualmente en su fuero interno y ser representadas por sus legítimos representantes, en cuyo caso ya no se hablaría de fusión, sino de integración de las mismas en algo que ya está inventado, y dejémonos de chorradas de nombrecitos y anagramas.

Lo malo de esta situación es la delicadeza del asunto, y una federación sólida pero mal construida, como es FOCDE, no soportaría más bajas sin perder su entidad y liderazgo, viéndose imposibilitada en tal caso de mantener sus actuales servicios. La mala gestión del Presidente, su talante y actitudes, son los que han provocado esta situación. FOCDE ha sido construida comprando voluntades con carguitos y con prebendas, y al final será víctima de estos errores. Ya no sirve ganar una votación con las argucias que sean, pues todo se irá al garete en el momento en que, asociaciones o federaciones enteras abandonen la entidad. Es justa recompensa a tan nefasta gestión y es justo lo que todos mereceremos por nuestra connivencia.

Existen muchas formas de organizar la ornitología nacional, pero en todas ellas deben cumplirse los preceptos de la ley que nos regula, porque de otro modo están abocadas al fracaso. Eso implica un respeto por la pluraridad y por una concepción amplia del sentido del asociacionismo, donde deben coexistir organizaciones de diferentes ámbitos y donde nadie pueda ejercer el monopolio de nada, y estas premisas básicas están siendo obviadas en todo esto.

AVIORNIS puede ser un ejemplo de asociación de ámbito nacional, donde los socios son los propios criadores; FOE es el ejemplo de federación nacional, donde los socios son las asociaciones; COE sería el ejemplo de confederación nacional, donde los socios son las federaciones. Todos ellos desarrollan sus actividades y ofrecen sus servicios a sus asociados. Decidir entre estos modelos y entre las ventajas y desventajas de cada uno de ellos, depende de cada cual, porque todos son legítimos y válidos, dependiendo su eficiencia ya no sólo del propio sistema en sí, sino también de la capacidad y talante de sus dirigentes, así como de los mecanismos de control que se establezcan sobre éstos.

Como veréis no he puesto como ejemplo de federación nacional a FOCDE, porque es tal la chapuza que se tiene montada en ella, que su funcionamiento se corresponde más con un híbrido entre federación y confederación, que entre otras cosas la dejan fuera de los preceptos de la ley que nos regula.

En todo este asunto, si bien ANCEP ha defendido siempre la democratización y la buena gestión de FOCDE, como modelo de federación nacional, el verdadero peligro, como estamos viendo, proviene de los propios presidentes regionales, y mucho me temo y me entristece decirlo, que FOCDE tenga los días contados, o que, en el mejor de los casos, quede reducida de tal manera que pierda cualquier protagonismo. Mucho me temo, tal y como están las cosas, que la próxima asamblea general termine como el rosario de la aurora.

El Sr. Cossío, quien desperdició la oportunidad de despedirse cubierto de honores y en olor de multitudes, pasará a los anales de la historia como el presidente que causó la ruptura ornitológica y, o mucho me equivoco, o también esa historia lo incluirá como el presidente que destruyó a la propia FOCDE.

Lo triste de todo esto es que miro a mi alrededor y no veo a nadie tan siquiera capacitado para sucederle; eso sí, mucha gente dispuesta a pintar la mona, pero de currar, de verdad, en los muchos asuntos que requiere una federación, ya hemos hablado bastante.

lunes, 18 de abril de 2011

Habemus Presidente

Nadie se atrevió a apostar, ni tan siquiera diez contra uno, porque el presidente de FOCDE cumpliera su palabra dada de no volverse a presentar a las elecciones, ni tampoco porque cumpliera su palabra dada a las asociaciones gallegas. Y tal vez nadie se haya atrevido a apostar en mi contra porque, a estas alturas, ya nadie crea en la palabra del presidente, y todo el mundo diera por sentado que, a pesar de su palabra en contra, sí se presentaría.

Pero aún quedaba otro misterio por resolver, habida cuenta de que era vox populi que el actual vicepresidente se apartaría de este detestable mundo político-pajarero. El misterio, guardado celosamente, como si de un asunto de seguridad del nacional se tratarse, no era otro que el nombre de la persona que, designado por el presidente, lo sustituiría.

Pues bien, todo quedó aclarado cuando las asociaciones adscritas a FOCDE recibimos una carta de la Comisión Electoral, proclamando la candidatura única del actual presidente y la configuración de su nuevo equipo. Al pronto, al abrir la carta, descubrí en su interior unos sobrecillos ridículos y pensé, “esto es una invitación para alguna comunión, y estos sobrecillos son para la dádiva”. Pero no, luego descubrí unos papelillos recortados a tijerilla en los que ponía “Jesús Jiménez Cossío” y “en blanco”; y rápidamente deduje que se trataba del sistema más cutre que jamás haya visto de realizar un proceso electoral. ¡Con lo fácil que hubiera sido votar en un único formulario en el que se presentasen todas las opciones de votación!, que no son otras que: a favor, en contra, o abstención.

Posteriormente me dispuse a leer la carta y descubro que el actual secretario, el Sr Rabadán, era ascendido al cargo de vicepresidente, y que el suyo era ocupado por D. Francisco Mompean Mirete. Al pronto me pregunté: ¿quién es este señor?; pero reparé en que se trataba de la persona que ayudaba al Sr. Rabadán en los preparativos del Campeonato de España, al igual que otros muchos que también lo hacen. Se trata pues de un prefecto desconocido, lo cual no excluye que pueda reunir las condiciones deseables para la ostentación del cargo; pero sin duda que su designación delata la soledad del presidente, y que éste considera incapacitados a otros dirigentes mucho más implicados en la política de la entidad que este señor; aunque en definitiva, de lo que se trata y como todos sabemos, es de rellenar protocolariamente unos puestos para formalizar la candidatura.

Pero todo esto no queda sino en anécdota, pues lo verdaderamente importante es otra cosa, y es el hecho de que sólo existan dos posibles opciones en la votación: o votar la candidatura de Jesús Jiménez, o votar en blanco. ¿Pero dónde está la opción de oponerse a dicha candidatura y expresar el desacuerdo con la misma? ¿Es que no existe la posibilidad de votar NO? Pues efectivamente así es, y al igual que en los comicios del franquismo, o votas a Paco, o votas a Paco.

Haciendo un esfuerzo por querer pensar bien, podría tratarse de un error cometido por el Comité Electoral, pero… conociendo como conozco el funcionamiento interno de FOCDE y de sus órganos, donde todo es supervisado y aprobado por el presidente, dicho posible error queda descartado. Resulta obvio, a pocas luces que se tengan, que semejante insulto a la inteligencia representa una coacción a una posible opción de votación, que ilegitima e invalida todo el proceso electoral.

Aturdido por semejante tropelía, me dispuse a buscar en los estatutos y reglamentos de la entidad lo estipulado por ellos, no sin temor a encontrarme cualquier barbaridad como es habitual. Mis temores eran fundados y efectivamente encontré una nueva barbaridad que viene a demostrar que sus “padres” no sabían ni donde tenían la mano derecha, pero que, en cualquier caso, aportaban cierta luz al asunto, pues en ellos se contempla la posibilidad de que a las elecciones concurra una única candidatura, y cómo debe procederse en tal caso:

R.R.I.:109.2.- Cuando hubiera una sola candidatura, tendrá que obtener mayoría absoluta para ser elegida. En caso de no producirse ésta, tendrá que haber una segunda votación, teniendo que obtener más votos a favor que en contra. En este caso, la votación será secreta y a criterio de los presentes con derecho a voto, y con tantos votos como representen.

La chorrada de este artículo estriba en que establece un precepto, el de obtener mayoría absoluta para ser elegido, (obtener más votos a favor que la suma de los votos en contra y las abstenciones); que si no se cumple, se desestima en favor de la mayoría simple (más votos a favor que en contra) en una segunda votación. Luego entonces, ¿qué sentido tiene el primer precepto?, pues bastaría con darse el segundo desde el principio, es decir, en una única votación. Además de esto, resulta imposible para una asociación que envíe su voto (tal y como se nos ha enviado) a través de una delegación de voto, el participar en una segunda votación, en la que, según el artículo, sólo podrán ejercer el derecho a voto los presentes y las asociaciones que hayan delegado el voto en blanco en alguno de los mismos.

Al margen de esta incongruencia, la luz deviene del hecho de que el Reglamento contempla la posibilidad de una única candidatura, y además exige obtener más votos a favor que en contra, por lo que estipula, como no puede ser de otro modo, el que los electores puedan oponerse a dicha candidatura.

Se deduce pues, y como decimos en lenguaje coloquial, que el Comité Electoral, con el “preceptivo” visto bueno del presidente, se ha pasado por el arco del triunfo este artículo, que es de aplicación por tratarse de candidatura única, al privar a los electores de poder emitir un voto contrario a dicha candidatura. Al mismo tiempo, tal y como se nos han enviado los votos, donde tenemos que introducir en un sobre la papeleta, SI o en Blanco, junto con la credencial de la asociación, no podrá realizarse, llegado el caso, una segunda votación, pues las asociaciones no estarán presentes en la misma.

Estas argucias, impropias de un verdadero demócrata pero propias de quien sabe que los memos que nos representan, ni conocen la normativa ni se enteran de nada, sólo persiguen una votación sin oposición, en la que no pueda evidenciarse el malestar general que actualmente se vive en FOCDE, y en donde se contabilicen los votos a favor sin la oposición de los votos en contra, habida cuenta de que el voto en blanco no se contabiliza en ninguno de los sentidos, por lo que, sea cual sea el resultado de la votación, habemus presidente. ¡Larga vida al Presidente! (¿o era al César?).

Lo triste es que, leyendo algunos foros, algunos directivos de FOCDE se manifiesten sobre arreglar el mundo ornitológico con argumentaciones más propias de un debate sobre el sexo de los ángeles, y sin embargo callen ante hechos de esta gravedad. El silencio por sí mismo inculpa también al propio presidente de FOCDE, dando por buena la actuación del Comité Electoral. No se me ocurre nada que pueda ser más grave en un sistema democrático que un procedimiento electoral amañado, y nadie que se llame demócrata debería de participar en él. La próxima asamblea, debería de suspender este proceso electoral y cesar al Comité Electoral, como también cesar al propio presidente; pero esto, en nuestro querido país ornitológico, es pura ciencia ficción.

viernes, 1 de abril de 2011

Según lo previsto, 2ª parte.

En ocasiones, cuando uno se debe, en primer lugar, al colectivo que representa, debe guardar silencio prudencial para no perjudicar los intereses de ese colectivo, máxime cuando se esperan acontecimientos importantes. Por esta razón no se abordan en este blog, de momento, ciertos aspectos sucedidos en la pasada reunión de Junta Directiva de FOCDE. Sin embargo, eso no es obstáculo para analizar otras cuestiones, que ya son redundantes ya no sólo en este blog, sino en la historia reciente de nuestra federación.

En efecto, uno comprueba que cuanto se viene denunciando en este blog en los últimos tiempos no es más que lo que viene sucediendo en nuestra federación durante los últimos 10 años, o sea, durante el mandato del actual presidente. Actuaciones que en su día fueron causa de la ruptura ornitológica que actualmente vivimos y que se repiten en los días actuales, sin que nada se haya aprendido de los errores del pasado, que tan nefastas consecuencias repercutieron.

No sería correcto ni justo, imputar la responsabilidad a una única persona por proponer dichas actuaciones, sino que ésta tiene que extenderse además a todos aquellos que dieron su necesario apoyo para su aprobación y ejecución. Hablar hoy de la disolución del Colegio de Jueces o de la expulsión de las federaciones “rebeldes” resulta anacrónico, pero en definitiva es exactamente lo mismo que viene sucediendo en la actualidad, y no es otra cosa que un abuso arbitrario del cargo y un pisoteo constante de la legalidad y de la propia normativa de la entidad. Cosa distinta es si los perjudicados de entonces obraran correctamente o no, ante los atropellos producidos, lo cual y sin duda, les hizo perder cualquier razón.

De vuelta a la actualidad, en la pasada reunión de la Junta Directiva de FOCDE, los directivos ya no pueden alegar el haber sido engañados ni manipulados, aunque lo fueron, porque estaban advertidos; ni tampoco pueden alegar ignorancia o desconocimiento, porque igualmente habían sido informados sobre sus potestades, ya no sólo por medio de este blog, que leen la mayoría de ellos, sino de manera oficial, al darse lectura de la impugnación de ANCEP a la normativa de anillas en la propia asamblea de la entidad, celebrada el pasado año, en la que se denunciaban todas las irregularidades cometidas. A estas alturas sólo cabe imputar su actuación a otras causas, aplicables particularmente a cada caso. Para algunos esa causa será la necedad, ya que algunos directivos lo son por el simple hecho de que ostentan esos cargos porque nadie más quiera ostentarlos, sin que reúnan unos requisitos personales mínimos para ejercerlos; ante éstos sólo cabe benevolencia. Pero otros no pueden ser incluidos en este grupo y su actuación sólo puede ser justificada desde un talante de falso demócrata, connivente con el régimen en las formas, y en defensa de sus propios intereses. A estos últimos va dirigido este artículo.

En efecto, tal vez por negligencia, desconocieran el verdadero alcance de sus facultades cuando disolvieron en Junta Directiva el anterior Colegio de Jueces, o cuando acordaron la encubierta expulsión de las asociaciones adscritas a las federaciones rebeldes, al privarlas de sus derechos, entre ellos el de presentar una posible candidatura a la Presidencia semanas después de la misma. Pero ese desconocimiento de entonces ya no es excusa hoy, y en la pasada reunión de Junta Directiva, sus miembros se prestaron una vez más a dar su apoyo a propuestas que escapaban a sus facultades, como por ejemplo, modificar los servicios de la federación o incluso sus estatutos, asuntos de potestad exclusiva de la Asamblea General.

El presidente, dentro de su torpeza en el gobierno de la entidad, es especialmente hábil a la hora de manipular voluntades, y conjuga frases falaces que consiguen engañar a quienes, de otro lado, están predispuestos a dejarse engañar. Así, construye frases de significado incoherente, presentes incluso en los propios estatutos que él mismo redactó, y que los directivos dan por buenas, accediendo así a sus pretensiones. Podría pensarse que fuera el propio presidente el que ignorase el significado de sus propias palabras (como así es y se desprende de muchos de sus escritos y expresiones, delatando una insuficiente formación), pero en este caso concreto, sus actuaciones revelan lo contrario, como veremos a continuación.

Hoy, como a los niños de parvulario y como si de un episodio de Barrio Sésamo se tratase, voy a explicarles el significado de la palabra “ratificar”, una palabra omnipresente en los estatutos de FOCDE y trasladada al lenguaje coloquial de sus directivos, que se emplea erróneamente porque así se ha inducido intencionadamente, y que se ha convertido en una herramienta de usurpación de poder a la Asamblea General.

La palabra ratificar, y podéis consultarlo en cualquier diccionario, significa apoyar, respaldar o adherirse a un escrito o a un acto; y un acto es una acción consumada, cuyos efectos ya se han producido. Por poner un ejemplo, la Junta Directiva de FOCDE podría acordar, por razones de extrema y justificada gravedad y urgencia, solicitar un crédito a una entidad financiera para cubrir una necesidad económica, que incluso hiciera peligrar, de manera manifiesta, el funcionamiento de la entidad; ese acuerdo, siempre excepcional, tiene efectos y vincula a FOCDE con la entidad financiera. La Junta Directiva, asumiendo su responsabilidad, debería, a posteriori, dar explicaciones de dicho acuerdo a la Asamblea General y someterlo a su ratificación, sin que ésta fuera ya vinculante a efectos del acuerdo en sí, sino a efectos de recabar el respaldo o no de dicho acuerdo. La Asamblea podrá ratificarlo o no, en función de si dicho acuerdo está suficientemente justificado, y en el caso de no ratificarlo, los miembros de Junta Directiva que lo apoyaron deberían dimitir en el acto, por coherencia democrática, aunque la palabra dimisión no parece incluirse en el vocabulario de nuestros directivos.

Este es el verdadero significado de la palabra ratificar, la cual sólo debería de emplearse en casos muy excepcionales, en donde fuera necesaria una decisión de la Junta Directiva urgente y fuera de sus potestades, para salvaguardar los intereses de la entidad, sometiéndose después a la aprobación de dicho acto ante la Asamblea General.

Pero no es así como se gobierna FOCDE, y sus estatutos y la Junta Directiva la emplean desvirtuando su significado para justificar usurpaciones a la Asamblea General, atribuyéndose potestades de ésta. Claro que, para no hacerlo muy evidente, se juega con el significado de esta palabra diciendo cosas como “esto deberá luego de ratificarse en la Asamblea”, dando incluso por hecho que así sucederá.

Como se ha dicho en anteriores ocasiones, la Junta Directiva debería de proponer estos asuntos a la Asamblea, pero nunca aprobar ni alcanzar acuerdos al respecto de ellos como se viene haciendo, incluso con aplicación con carácter retroactivo, algo aberrante desde cualquier punto de vista. La cosa parecía haber quedado clara en la anterior asamblea, dando lectura y discutiendo la impugnación presentada por ANCEP, pero parece ser que los directivos presentes en dicha asamblea se pasan por el arco del triunfo, una vez más, ya no lo reprochado en aquella asamblea, sino la propia normativa de FOCDE. Así se demuestra una vez más al modificar un servicio de FOCDE en Junta Directiva, como el servicio de anillas, cuyas modificaciones ya han sido aplicadas y puestas en vigor para la próxima petición de anillas, lo cual demuestra que el Presidente no ignora el verdadero significado de la palabra ratificar, y que no es vinculante el hecho de que la asamblea lo haga para que lo acordado tenga “validez” interna, con independencia de que carezca de ella ante cualquier tribunal.

El presidente también propuso a la Junta Directiva la modificación de los estatutos de FOCDE, y los miembros de la misma se pronunciaron al respecto, aprobando unas sí y otras no, alcanzando acuerdos, una vez más, fuera de sus potestades, bajo el falaz pretexto de someterlo luego a la ratificación de la asamblea. Cuando uno analiza las modificaciones aprobadas y las rechazadas, fácilmente se deduce que se actuó única y exclusivamente bajo la conveniencia o no, para sus propios intereses, pues se rechazaron aquellas que, de alguna forma, los hacía sentirse ninguneados en sus potestades hacia sus propias asociaciones.

Por último, algunos de los presentes formularon propuestas en representación de sus respectivas federaciones, sin que tales propuestas dimanen ni hayan sido sometidas a la aprobación de los integrantes de dichas federaciones, arrogándose una vez más potestades, en este caso de representación, que no les corresponden, pues se trata de propuestas realizadas exclusivamente a título personal.

En definitiva, todo lo sucedido y las circunstancias concurrentes en dicha reunión de Junta Directiva, pone en evidencia una vez más, no sólo la incompetencia e ineptitud de nuestros dirigentes, sino también un talante de absoluto desprecio hacia la propia normativa de FOCDE, atribuyéndose potestades que sólo corresponden a la Asamblea General, así como un absoluto desprecio por los principios democráticos, donde las asociaciones, que son los verdaderos dueños de FOCDE, son ninguneadas una y otra vez, reduciendo a la Asamblea General a una simple pantomima, en lugar de ser el verdadero órgano soberano de la entidad, donde deben debatirse y alcanzarse los acuerdos, los cuales luego deben ser ejecutados por los órganos de gobierno, que para eso están, y no al revés como se viene funcionando.

¿Y luego se llaman demócratas? Pues como dice el refrán: “obras son amores, que no buenas razones”

Con dirigentes tan nefastos y negligentes, que demuestran una vez tras otra que no tienen ni idea de cómo se gestiona una asociación, los dirigentes de COE sólo deben mantenerse en la línea de discreción actual y esperar, porque nuestro cadáver no tardará en pasar por delante de su puerta.

Uno ya siente pudor y vergüenza ajena al denunciar tanto despropósito, e impotencia a la hora de intentar dar un giro a esta situación que reconduzca a FOCDE a ser ejemplar, especialmente en dos pilares fundamentales que siempre sostuve como imprescindibles para ser realmente competitivos: 1.- promover los principios democráticos, y 2.- proveer a los socios de los mejores servicios al menor coste posible; en lo uno como en lo otro FOCDE sigue suspendiendo, y lejos de acercarse al aprobado, vamos en dirección contraria y ya ocupa el muy deficiente.

Lo dicho a lo largo de este artículo es independiente, una vez más, del afecto o desafecto personal que pueda sentir por cada uno de nuestros dirigentes, pues en definitiva, lo que se critica de manera legítima, es el ejercicio que hacen del cargo.