lunes, 18 de abril de 2011

Habemus Presidente

Nadie se atrevió a apostar, ni tan siquiera diez contra uno, porque el presidente de FOCDE cumpliera su palabra dada de no volverse a presentar a las elecciones, ni tampoco porque cumpliera su palabra dada a las asociaciones gallegas. Y tal vez nadie se haya atrevido a apostar en mi contra porque, a estas alturas, ya nadie crea en la palabra del presidente, y todo el mundo diera por sentado que, a pesar de su palabra en contra, sí se presentaría.

Pero aún quedaba otro misterio por resolver, habida cuenta de que era vox populi que el actual vicepresidente se apartaría de este detestable mundo político-pajarero. El misterio, guardado celosamente, como si de un asunto de seguridad del nacional se tratarse, no era otro que el nombre de la persona que, designado por el presidente, lo sustituiría.

Pues bien, todo quedó aclarado cuando las asociaciones adscritas a FOCDE recibimos una carta de la Comisión Electoral, proclamando la candidatura única del actual presidente y la configuración de su nuevo equipo. Al pronto, al abrir la carta, descubrí en su interior unos sobrecillos ridículos y pensé, “esto es una invitación para alguna comunión, y estos sobrecillos son para la dádiva”. Pero no, luego descubrí unos papelillos recortados a tijerilla en los que ponía “Jesús Jiménez Cossío” y “en blanco”; y rápidamente deduje que se trataba del sistema más cutre que jamás haya visto de realizar un proceso electoral. ¡Con lo fácil que hubiera sido votar en un único formulario en el que se presentasen todas las opciones de votación!, que no son otras que: a favor, en contra, o abstención.

Posteriormente me dispuse a leer la carta y descubro que el actual secretario, el Sr Rabadán, era ascendido al cargo de vicepresidente, y que el suyo era ocupado por D. Francisco Mompean Mirete. Al pronto me pregunté: ¿quién es este señor?; pero reparé en que se trataba de la persona que ayudaba al Sr. Rabadán en los preparativos del Campeonato de España, al igual que otros muchos que también lo hacen. Se trata pues de un prefecto desconocido, lo cual no excluye que pueda reunir las condiciones deseables para la ostentación del cargo; pero sin duda que su designación delata la soledad del presidente, y que éste considera incapacitados a otros dirigentes mucho más implicados en la política de la entidad que este señor; aunque en definitiva, de lo que se trata y como todos sabemos, es de rellenar protocolariamente unos puestos para formalizar la candidatura.

Pero todo esto no queda sino en anécdota, pues lo verdaderamente importante es otra cosa, y es el hecho de que sólo existan dos posibles opciones en la votación: o votar la candidatura de Jesús Jiménez, o votar en blanco. ¿Pero dónde está la opción de oponerse a dicha candidatura y expresar el desacuerdo con la misma? ¿Es que no existe la posibilidad de votar NO? Pues efectivamente así es, y al igual que en los comicios del franquismo, o votas a Paco, o votas a Paco.

Haciendo un esfuerzo por querer pensar bien, podría tratarse de un error cometido por el Comité Electoral, pero… conociendo como conozco el funcionamiento interno de FOCDE y de sus órganos, donde todo es supervisado y aprobado por el presidente, dicho posible error queda descartado. Resulta obvio, a pocas luces que se tengan, que semejante insulto a la inteligencia representa una coacción a una posible opción de votación, que ilegitima e invalida todo el proceso electoral.

Aturdido por semejante tropelía, me dispuse a buscar en los estatutos y reglamentos de la entidad lo estipulado por ellos, no sin temor a encontrarme cualquier barbaridad como es habitual. Mis temores eran fundados y efectivamente encontré una nueva barbaridad que viene a demostrar que sus “padres” no sabían ni donde tenían la mano derecha, pero que, en cualquier caso, aportaban cierta luz al asunto, pues en ellos se contempla la posibilidad de que a las elecciones concurra una única candidatura, y cómo debe procederse en tal caso:

R.R.I.:109.2.- Cuando hubiera una sola candidatura, tendrá que obtener mayoría absoluta para ser elegida. En caso de no producirse ésta, tendrá que haber una segunda votación, teniendo que obtener más votos a favor que en contra. En este caso, la votación será secreta y a criterio de los presentes con derecho a voto, y con tantos votos como representen.

La chorrada de este artículo estriba en que establece un precepto, el de obtener mayoría absoluta para ser elegido, (obtener más votos a favor que la suma de los votos en contra y las abstenciones); que si no se cumple, se desestima en favor de la mayoría simple (más votos a favor que en contra) en una segunda votación. Luego entonces, ¿qué sentido tiene el primer precepto?, pues bastaría con darse el segundo desde el principio, es decir, en una única votación. Además de esto, resulta imposible para una asociación que envíe su voto (tal y como se nos ha enviado) a través de una delegación de voto, el participar en una segunda votación, en la que, según el artículo, sólo podrán ejercer el derecho a voto los presentes y las asociaciones que hayan delegado el voto en blanco en alguno de los mismos.

Al margen de esta incongruencia, la luz deviene del hecho de que el Reglamento contempla la posibilidad de una única candidatura, y además exige obtener más votos a favor que en contra, por lo que estipula, como no puede ser de otro modo, el que los electores puedan oponerse a dicha candidatura.

Se deduce pues, y como decimos en lenguaje coloquial, que el Comité Electoral, con el “preceptivo” visto bueno del presidente, se ha pasado por el arco del triunfo este artículo, que es de aplicación por tratarse de candidatura única, al privar a los electores de poder emitir un voto contrario a dicha candidatura. Al mismo tiempo, tal y como se nos han enviado los votos, donde tenemos que introducir en un sobre la papeleta, SI o en Blanco, junto con la credencial de la asociación, no podrá realizarse, llegado el caso, una segunda votación, pues las asociaciones no estarán presentes en la misma.

Estas argucias, impropias de un verdadero demócrata pero propias de quien sabe que los memos que nos representan, ni conocen la normativa ni se enteran de nada, sólo persiguen una votación sin oposición, en la que no pueda evidenciarse el malestar general que actualmente se vive en FOCDE, y en donde se contabilicen los votos a favor sin la oposición de los votos en contra, habida cuenta de que el voto en blanco no se contabiliza en ninguno de los sentidos, por lo que, sea cual sea el resultado de la votación, habemus presidente. ¡Larga vida al Presidente! (¿o era al César?).

Lo triste es que, leyendo algunos foros, algunos directivos de FOCDE se manifiesten sobre arreglar el mundo ornitológico con argumentaciones más propias de un debate sobre el sexo de los ángeles, y sin embargo callen ante hechos de esta gravedad. El silencio por sí mismo inculpa también al propio presidente de FOCDE, dando por buena la actuación del Comité Electoral. No se me ocurre nada que pueda ser más grave en un sistema democrático que un procedimiento electoral amañado, y nadie que se llame demócrata debería de participar en él. La próxima asamblea, debería de suspender este proceso electoral y cesar al Comité Electoral, como también cesar al propio presidente; pero esto, en nuestro querido país ornitológico, es pura ciencia ficción.

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