lunes, 15 de julio de 2013

ANCEP promoverá la legalidad en la Avicultura de Ocio

En ocasiones la prudencia aconseja discreción, porque la imprudencia puede dar al traste con objetivos o proyectos. Por esta razón ANCEP ha decidido guardar silencio durante todo este tiempo, tras la celebración de su pasada Asamblea General de Socios, en la que se alcanzaron acuerdos trascendentales sobre proyectos muy ambiciosos.

No debe olvidarse que ANCEP nunca fue una asociación ornitológica al uso, sino que surgió de la iniciativa de unos promotores que ninguna relación guardaban con la mal llamada ornitología deportiva. En aquella época, las federaciones y asociaciones apenas prestaban atención a las aves exóticas y esto se reflejaba en la escasa participación de estas aves en los concursos, siendo tratadas además en desiguales condiciones con respecto a la canaricultura. El trato recibido por las aves en estos eventos era y sigue siendo inaceptable para nosotros y comprobamos como las distintas normativas que nos afectan eran y siguen siendo ignoradas sistemáticamente por las entidades organizadoras, todo ello siempre en deterioro del aficionado.

Por todo ello, el principio fundacional principal de ANCEP es promover la cría ordenada en cautividad de aves exóticas, y ordenada no significa otra cosa que “regida por normas”. De ahí que, tal y como se expresa en sus Estatutos, ANCEP promueva el cumplimiento de la legalidad en todos los aspectos relacionados con la tenencia, cría y venta de estas aves, pues dicha legalidad es la que puede salvaguardar tanto el bienestar de las aves como la bioseguridad de nuestros aviarios, aspectos que siempre nos preocuparon, ya que la tenencia de cualquier especie animal requiere de las atenciones y cuidados necesarios, pues de otro modo, mejor dedicarse a coleccionar sellos.

De otro lado, también éramos conscientes de nuestra mala imagen ante otros sectores sociales, por ejemplo ante asociaciones ecologistas, de conservación o de protección de los animales, así como ante el conjunto de la sociedad de manera general. La causa de tan mala imagen está más que justificada por las malas prácticas promovidas por las propias entidades ornitológicas, haciendo de esta afición una actividad al margen de la Ley y otorgando a sus practicantes el peyorativo término de “pajareros”. De nuevo, sólo el cumplimiento de la legalidad podría cambiar esta situación, dignificando una afición que no tiene por qué hacernos sentir delincuentes, sino todo lo contrario.

Por todo ello decidimos en principio, unirnos a la federación ornitológica hegemónica del momento, con el convencimiento de que, desde dentro, podríamos promover los cambios que tan necesarios consideramos, ejerciendo una influencia positiva en el seno de la organización. Tras cinco años dentro, a buen seguro que algunos cambios se han logrado, pero los cimientos de la ornitología deportiva están tan corrompidos que nuestros propósitos chocaban frontalmente contra los muros de los muchos intereses personales que subyacen y que prevalecen frente a los verdaderos intereses de los aficionados de base. No tardamos en descubrir que en verdad hay mucho “pajarero” metido en esto y que son ellos los que gobiernan estas entidades, opacas en su gestión y en las que los procedimientos democráticos son simples falacias.

El nacimiento de un movimiento independiente como fue el malogrado proyecto UEFO nos hizo albergar falsas esperanzas, pero no tardamos en comprender que en poco o en nada podíamos identificarnos con dicho proyecto, pues constatamos en su normativa que se alejaba en mucho de nuestra concepción de la organización de las entidades asociativas, no siendo otra cosa que una continuidad de lo ya existente.

Durante estos años hemos promovido estos valores con diversas propuestas ante las federaciones ornitológicas e incluso siendo ejemplares en la organización de nuestro COIHL, aplicando medidas de bienestar y bioseguridad que deberían haber servido de ejemplo para estas entidades. Las federaciones y sus directivos han demostrado un total desinterés por estas cuestiones, interesadas exclusivamente por vender anillas y llenar los concursos a cualquier precio, siempre a costa de los propios aficionados. Nunca las federaciones se preocuparon por informar a sus asociados de sus obligaciones y responsabilidades, como tampoco nunca se preocuparon de cumplir con las suyas propias.

Esta falta de información y desinterés por parte de las federaciones a estos respectos ha originado en los criadores y aficionados un absoluto desconocimiento sobre la legalidad aplicable a nuestra actividad, incluso induciéndoles a error con el único propósito de satisfacer sus ambiciones económicas, dando como resultado el que la inmensa mayoría de los criadores se encuentren en una situación de ilegalidad y expuestos a las consecuencias, provocando además un notable deterioro de nuestra imagen pública. Como consecuencias de dichas prácticas irregulares y del comportamiento incívico de muchos criadores, las distintas Administraciones promueven normativas cada vez más restrictivas hacia nosotros, y con razón.

A lo largo de los años hemos tenido frecuentes casos de socios que han sufrido problemas legales en referencia con sus aves y criaderos, especialmente relacionados con núcleos zoológicos, documentación CITES y problemas de convivencia vecinales.

Hoy, liberados por fin del lastre que suponía nuestro vínculo federativo, abordamos este devenir en nuestra última Asamblea General, y decidimos que ANCEP proseguiría su actividad como asociación independiente, como puedan serlo otras entidades, tanto españolas como europeas, continuando nuestro trabajo por los fines y principios para los que fue fundada: promover el cumplimiento de la legalidad, única fórmula que garantizará una avicultura seria, responsable y prestigiosa, por encima de otros intereses corruptos.

Desde entonces, la Junta Directiva de ANCEP ha realizado multitud de gestiones con otras entidades, públicas y privadas, recabando información y asesoramiento, y estudiando en profundidad la legislación aplicable. De todo este trabajo realizado en los últimos meses hemos obtenido las conclusiones pertinentes que iremos plasmando en diversos artículos divulgativos en los que detallamos los aspectos legales aplicables a nuestra actividad, más allá de las falsedades promovidas por los dirigentes federativos. Por medio de estos artículos los aficionados dispondrán de información veraz sobre sus verdaderas responsabilidades, de tal modo que en el futuro nadie pueda engañarles, y no sufran por desconocimiento, las posibles sanciones que puedan recaerles.

Por último, entendemos que paralelamente a estas actuaciones, la asociación debe servir de vehículo para asesorar y ayudar en la gestión a todos aquellos socios que deseen regularizar su situación, por lo que la Junta Directiva estará siempre a disposición de sus asociados para tal fin.

Sabemos que las Administraciones están promoviendo normativas cada día más estrictas y que las autoridades competentes incrementan sus actuaciones de vigilancia y control. Por ello, el trabajo que hemos emprendido resultará arduo y conllevará años, pero a medio plazo, cualquier avance resultará en beneficios para todos, al menos para los que queremos disfrutar de las aves con seriedad y responsabilidad.

Este es el trabajo que deberían haber realizado las federaciones desde hace mucho tiempo: asesorar a sus propios asociados sobre todos estos aspectos y promover su cumplimiento, pero cuando quienes dirigen estas federaciones son simples “pajareros”, interesados exclusivamente por los euros, lo que quieren es que los euros fluyan a chorro, sin trabas ni obstáculos, tratando a los criadores como simples “paganinis”, que dicho sea de paso, tampoco son inocentes del todo, pues en verdad sólo se preocupan de vender sus pájaros sin más miramientos.

Sirva este artículo de preámbulo de lo que está por venir, que no será poco, abriendo una serie de artículos al respecto de todas estas cuestiones que ofrecerán información veraz sobre nuestras obligaciones y responsabilidades. Luego su cumplimiento será responsabilidad de cada cual, pero al menos, nadie podrá alegar ignorancia.



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