jueves, 10 de marzo de 2011

Según lo previsto.

Tal vez algunos de nosotros albergábamos una vaga esperanza de que la reunión de Junta Directiva de FOCDE celebrada el pasado fin de semana en Talavera, representara un punto de inflexión en el devenir de esta entidad; tal vez con la esperanza de que la sabia nueva que en ella concurría pudiera ser algo más reivindicativa que sus antecesores, o tal vez con la esperanza de que llevaran los ojos más abiertos; pero al final, una vez más se comprueba que todo sigue igual y que en nada han cambiado las cosas.

Como siempre, el Presidente se hizo dueño del ruedo y fue dando pica a cada uno de los morlacos, hasta dejarlos bien templados, administrando la suerte de espada a todos y cada uno de ellos. Tal vez la diferencia consista en que, mientras el primero se prepara a conciencia estas reuniones, los segundos acudan a la misma con el simple talante de reunirse con los amigos en un fin de semana lúdico; o tal vez, sencillamente no den para más y nada más se les pueda pedir; o quién sabe si la verdadera razón no radique en la comodidad de que todo se les resuelva y rehúsen hacer frente a las responsabilidades implícitas a su cargo y sólo se queden con la ostentación del mismo. En definitiva, cada persona es un mundo y no se puede generalizar, y no deben realizarse juicios personales sobre nadie. Lo cierto es que, pese a todo cuanto se dice previamente en los foros, se comprueba que, a la hora de la verdad, todo queda en agua de borrajas, perpetuando una situación que a mí, personalmente, sólo me produce vergüenza.

Estoy seguro de que, a toro pasado, cuando los directivos de FOCDE reflexionen sobre lo sucedido, se darán cuenta una vez más de que la reunión estuvo perfectamente orquestada para no darles tiempo a pensar ni a reaccionar, y que en poco pueden sentirse orgullosos de la manera en que, una vez más, han ejercido su función.

De toda esta reflexión sólo cabe excluir a un miembro de Junta Directiva, el Presidente del Colegio de Jueces, quien no pudo comparecer a la misma y delegó su voto en otro asistente, absteniéndose de votar en todos los puntos por carecer de información suficiente. Parece ser que esta circunstancia no fue impedimento para los demás miembros, a quienes para votar les fue suficiente con las explicaciones dadas in situ por el Presidente de FOCDE. A ellos, les recomiendo la lectura del artículo “Secuestro de información”, publicado recientemente en este blog.

Otros que tampoco pudieron asistir, volvieron a incurrir en la mala costumbre de delegar el voto, no en cualquier otro asistente, sino en el mismísimo Presidente, concentrando una vez más el poder en una única persona. A la vista de la información recibida, claro está que el voto sólo pudo delegarse en blanco, tal vez confiando en el criterio del Presidente, o tal vez para seguir sintiéndose bien considerados en FOCDE, aunque tal vez confundan Presidente con FOCDE, y tal vez por ello sean bien considerados por el Presidente, pero tal vez no lo sean tanto por FOCDE, pues si bien el Presidente representa a FOCDE, éste no es FOCDE.

La reunión comenzó con el primer punto del orden del día, titulado: “Informe del Presidente”. Y se suponía y cabía esperar, ante este título, que el punto versase sobre el desarrollo de las actividades de la federación, sobre las gestiones realizadas para dar cumplimiento a los acuerdos asamblearios, o sobre cualquier otra circunstancia que durante el año hubiera surgido y que pudiera ser relevante para el funcionamiento de la federación. Pero no fue así y este primer punto del orden del día se convirtió en una disertación del Presidente sobre las diferentes intervenciones de unos y otros en los foros, cosa ya habitual en las reuniones de los órganos de FOCDE. Toda la tarde del sábado fue dedicado a este asunto, y según parece, el Presidente repartió a diestro y siniestro, dejando a unos y a otros bien suavitos para el día siguiente.

A este respecto, he seguido atentamente las declaraciones de miembros de Junta Directiva en los foros, y lo único que he observado en dichas intervenciones es que éstos han ejercido su derecho a la libertad de expresión legítimamente, sin prejuicio de que, a título personal, considere que, implícito a su condición, no sea prudente hacerlo. Por igual, si el Presidente se hubiera sentido perjudicado de alguna manera, estaría legitimado para defenderse, bien respondiendo por el mismo medio, cosa que yo no aprobaría, bien reclamando al titular del foro la rectificación oportuna. Pero si su deseo es simplemente rebatir las opiniones de los intervinientes y no desea intervenir directamente en el foro, siempre queda la opción de dirigirse personalmente al autor de dichas opiniones. Lo que en manera alguna es admisible es que un órgano de gobierno de FOCDE se convierta en el marco de tales discusiones, sencillamente porque allí se va a legislar y porque su estancia es pagada por los socios de FOCDE para que cumplan con este cometido.

Y yo me pregunto, ¿es que no se les cae la cara de vergüenza, tanto al Presidente como a los directivos, al primero como autor y a los segundos por consentirlo, que el dinero de FOCDE se malgaste para que ellos se dediquen a cotillear sobre los foros? Es como si el Presidente del Gobierno se dedicase en el Congreso de los Disputados a reprochar las declaraciones de los parlamentarios ante los medios de comunicación.

Habida cuenta de que esta cuestión ya ha sido reprochada donde corresponde y se sigue reincidiendo en ella sin consecuencias, pues es de suponer que nada cambiará en el futuro, cuando para atajarla, simplemente bastaría con que los asistentes se levantaran de la mesa.

Dentro de todo este desaguisado, el Presidente, bien preparado para la ocasión, también defendió la legalidad de los estatutos de FOCDE frente a las acusaciones de ser contrarios a la Ley Reguladora del Derecho de Asociación, y para ello fue provisto de dos informes emitidos por dos abogados, solicitados por él, que así lo manifestaban, ante los cuales, los miembros de Junta Directiva no supieron reaccionar, pese a que el hecho era previsible. A este respecto caben varias reflexiones.

Como el mismo Presidente me manifestó personalmente, yo podría conseguir informes en un sentido como él en el contrario, y todo depende de cómo se pida ese informe, y de las ganas que tenga el abogado de captar un nuevo caso, porque, en definitiva, los abogados viven de los pleitos.

Si de una manera genérica se pide a un abogado que supervise si en los estatutos de FOCDE se cumplen los requisitos legales exigidos para la inscripción de la asociación, efectivamente los estatutos de FOCDE cumplen estos requisitos, y prueba de ello es que fueron inscritos en el Registro competente. Lo cual no prueba nada más, y seguramente, en este sentido se manifestaran los abogados del Sr. Jiménez, eludiendo profundizar en el contenido de los mismos.

Ahora bien, ¿dichos informes entran en el fondo del asunto y se pronuncian sobre si dichos estatutos vulneran derechos fundamentales, como el propio derecho de asociación? Porque ese es el quid de la cuestión y lo que determinaría si esos estatutos están o no ajustados a derecho. Obviamente, yo también estoy asesorado por un abogado, quien sí ha entrado en el fondo de esta cuestión.

Resulta obvio que el Presidente sabe perfectamente cómo hacer las cosas y cómo manipular las voluntades para conseguir sus fines y sustentarse en el poder, imponiendo siempre su criterio ante personas que carecen de facultades para rebatirlo, lo cual no debe ser entendido como un reproche hacia ellos.

Cualquiera simplemente un poco avispado, podría haber preguntado al Presidente si fueron estos mismos abogados los que le asesoraron en el caso COM-E, y si fueron ellos los que también emitieron el informe que presentó en aquella ocasión para inducirlos a presentar la denuncia. ¡Menuda tomadura de pelo la de aquella ocasión!, porque el Presidente era perfecto conocedor de que aquel pleito estaba perdido de antemano, pero lo utilizó para ganar tiempo y hacer creer a todo el mundo que le sería devuelto el sillón, y para que permanecieran todos a su vera, apoyándolo incondicionalmente.

En verdad que los abogados todo lo más que pueden hacer en estos casos es emitir su opinión, más o menos desviada a favor del solicitante o incluso interesada, manifestándose sólo en los aspectos que puedan interesar y eludiendo analizar los que no puedan interesar; porque en definitiva, los abogados van a cobrar igual, se gane o se pierda. Como ya dije en anteriores ocasiones, sólo compete al juez dictaminar a estos respectos; lo malo es que cuando un juez habla también se producen consecuencias, y por eso es importante evitar el tener que recurrir a ellos, reservándolos sólo como último recurso.

Existe otra forma de esclarecer estos asuntos con absoluta fiabilidad sin necesidad de recurrir a la justicia, y es consultando la jurisprudencia; es decir, recabando sentencias firmes que se hayan producido en casos similares, y así sabremos cómo se pronuncian los jueces. Y justo eso es lo que hice con el presidente de FOCDE, aportarle una sentencia del mismísimo Tribunal Constitucional, donde se juzga un caso de vulneración del derecho de asociación, en este caso especialmente relevante por tratarse de un funcionario público que era obligado a pertenecer a un Colegio Oficial, y en donde se comprueban, en los razonamientos jurídicos, los argumentos esgrimidos por el Tribunal, perfectamente aplicables al caso que nos ocupa. Pero tal sentencia, claro está, no fue presentada por el Presidente de FOCDE ante la Junta Directiva.

Lo cierto de todo esto es que el Presidente no ignora que los estatutos de FOCDE contravienen el Derecho de Asociación y multitud de otros preceptos de la Ley de Asociación, aunque lo oculte. Simplemente juega con el tiempo, y tal y como me manifestó, cuando se produzca una sentencia en este sentido, podrían pasar cuatro años, y luego la recurriría consiguiendo una nueva demora que podría prolongarse otro tanto; tiempo suficiente para perpetuarse en el poder y seguir eliminando a las únicas personas capaces de rebatirlo y desautorizarlo.

La prueba inequívoca de ello es que ahora, en previsión de lo que pueda venir, se apresure a realizar modificaciones estatutarias para que las asociaciones tengan trato directo con FOCDE y para que las federaciones regionales sean socios de FOCDE, añadiendo una nueva chapuza más a todo este desaguisado. Pero claro está y como no podía ser de otro modo, esas modificaciones se presentan a la Junta Directiva ya hechas y redactadas por él, en lugar de proponer que sea la asamblea la que nombre un comité para ese fin, pues si los estatutos de FOCDE fueran redactados por un Comité, asesorado legalmente, él perdería sin duda todos los privilegios y poderes otorgados hasta ahora. Inadmisiblemente, los miembros de Junta Directiva no tuvieron acceso a dichas modificaciones hasta la noche del sábado, bajo el triste pretexto de que no fueran publicadas en los foros. Resulta evidente que los miembros de Junta Directiva abordaron esas modificaciones, comprendidas en más de veinte folios, sin apenas leerlas por encima, sin reflexionar, sin asesorarse, sin debate, y sin consensuar la decisión con sus asociados. Increíble que así se obre, increíble que se participe de ello, y más increíble que se consienta.

¿No querían nuestros directivos una reforma global de estatutos? Pues ya la tienen, y no les ha costado ningún esfuerzo, no han tenido ni que molestarse en pensar, porque el Presidente se los ha servido ya cocinados y ahora sólo tienen que aprobarlos diciendo sí una vez más. En fin, que esto sigue funcionando como siempre, donde el pastor ofrece azucarillos a la burranca para que ésta no se salga de la vereda.

La Junta Directiva dio para mucho más, aunque por el momento me reservaré gran parte de la información. Seguramente y ante las críticas recibidas en anteriores ocasiones, sus miembros tenían clara su voluntad de no participar en asuntos de potestad exclusiva de la asamblea general, pero una vez más fueron inducidos e incurrieron en ello, dando muestras de su incapacidad para ejercer el cargo, cosa que tengo que manifestar con independencia del afecto que por muchos de ellos pueda sentir, aunque me extenderé más sobre esto en otra ocasión.

Pero en algo no le salieron las cuentas al Presidente, pues la problemática de Galicia no se resolvió como él hubiera deseado, ante la reivindicación de algunas asociaciones gallegas de disponer de servicios de FOCDE directamente y causando baja en dicha federación regional. La expectativa ahora se centra sobre si el Presidente cumplirá o no su palabra de honor dada a dichas asociaciones, de la cual soy testigo, consistente en no presentarse a las próximas elecciones en caso de que no se aprobasen sus propuestas a este respecto, pues según palabras textuales: “FOCDE no puede permitirse económicamente más bajas, y si estas asociaciones se marchan, FOCDE es inviable económicamente, y en tal caso, no me interesa ser Presidente de FOCDE”

La pregunta es: ¿cumplirá el Presidente de FOCDE su palabra dada y no se presentará a las próximas elecciones? Pues teniendo en cuenta que en anteriores ocasiones tampoco cumplió su palabra, y conociendo como conozco al presidente, me atrevería a apostar diez contra uno a que sí se presentará, a que será el único candidato, y a que saldrá elegido presidente por otros cuatro años; eso si a estas alturas no se le ocurre a algún iluminado nombrarlo presidente vitalicio.

Posiblemente, el futuro de FOCDE dependa muy directamente de lo sucedido en esta reunión de Junta Directiva, tal vez de una manera histórica, y no habrá más responsables que sus propios protagonistas, a los que dedico un artículo de la Ley de Asociación, para que comprendan que eso de ser presidente de algo, aunque sea de una asociación de pajaritos, es algo que puede quedar muy bien y que a algunos les sirva para sentirse muy importantes, pero que también lleva implícitas sus propias responsabilidades, y que deben cumplir con ellas:

Art.15.3.- Los miembros o titulares de los órganos de gobierno y representación, y las demás personas que obren en representación de la asociación, responderán ante ésta, ante los asociados y ante terceros por los daños causados y las deudas contraídas por actos dolosos, culposos o negligentes.

Art.15.4.- Las personas a que se refiere al apartado anterior responderán civil y administrativamente por los actos y omisiones realizados en el ejercicio de sus funciones, y por los acuerdos que hubiesen votado, frente a terceros, a la asociación y a los asociados.

Art.15.5.- Cuando la responsabilidad no pueda ser imputada a ningún miembro o titular de los órganos de gobierno y representación, responderán todos solidariamente por los actos y omisiones a que se refieren los apartados 3 y 4 de este artículo, a menos que puedan acreditar que no han participado en su aprobación y ejecución o que expresamente se opusieron a ellas.

Visto lo visto, podemos concluir que tenemos los directivos que nos merecemos, que tenemos el presidente que también nos merecemos; y que ante tanta incompetencia, una sana afición que debía depararnos satisfacciones, sólo nos depara disgustos y dolores de cabeza.